Por miles de años hemos obtenido la sal del mar o en minas tierra adentro. De niña, la única sal que conocía era la de mesa, la cual es resultado de un proceso industrial que por mucho tiempo dominó el mercado de la sal disponible para consumo humano, como sazonador o conservador. Sin embargo, un dato curioso es que 97% de la sal producida globalmente no es consumida en la comida. Produce carbonato de sodio utilizado en la elaboración de vidrio, así como de cloralkalina, utilizada desde en plantas eléctricas, a telas, explosivos, cosméticos y hasta refinación de gasolina. Además, la sal es utilizada cada invierno en los países más fríos, para evitar la formación del hielo de los caminos.
Sin duda, esto de la sal es todo un tema que vale la pena tomar en cuenta cuando uno está buscando potenciar el sabor de los alimentos.
¡Ahora si que sí de sazonar se trata, hay que conocer tus sales! Hay mucha gente que tal vez la asocia con mala suerte, pero para mi es una verdadera bendición. Espero que tengas un maravilloso puente y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!
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