La Red de Sobrevivientes de los Abusados por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), exigió al Papa Benedicto XVI a implementar “acciones decisivas” contra las prácticas de pedofilia en el seno de la Iglesia Católica antes de que deje su Pontificado.

 

“No importa que tan cansado o débil esté el Papa Benedicto, aún le quedan dos semanas para usar su vasto poder para proteger a los jóvenes. Antes de que ceda el poder, esperamos que muestre verdadero liderazgo y compasión y tome acciones tangibles para proteger a los niños vulnerables”, acusa la SNAP.

 

Y agrega: “Imaginen las repercusiones -y la esperanza- que se generaría si en sus últimos días, el pontífice degradara, disciplinara o secularizara a un puñado de obispos que están ocultando delitos de abuso sexual infantil. También imaginen lo disuasorio que sería para los presentes y futuros encubrimientos”.

 

Mediante un comunicado, la agrupación, con sede en Chicago, destacó que al Pontífice le quedan dos semanas de trabajo, mismas en las que puede proteger a la infancia vulnerable a los abusos por parte de representantes católicos.

 

“Aún le quedan dos semanas. Los niños necesitan que tome acciones decisivas para que sean protegidos. Esperamos que así sea”, señaló SNAP en su página de internet.

 

“Tibia respuesta” contra Maciel

 

Esta petición se da luego de que hoy Benedicto XVI hizo pública su decisión de abdicar al cargo como Sumo Pontífice, mismo que lo involucra en funciones como Jefe de Estado de El Vaticano, ya que, explicó, su “edad avanzada” no le permite “ejercer adecuadamente el ministerio pretino”.

 

“Es frustrante ver algunos dan crédito al Papa por pronunciar, en 2005, unas palabras sobre la “suciedad en la Iglesia.” Y es frustrante ver algunos elogios al Papa por su tibia respuesta a los horrores infligidos a los niños por parte del padre Marcial Maciel”.

 

Asimismo una agrupación de homosexuales y lesbianas en Estados Unidos dijo hoy que invitará a quien sea electo nuevo Papa a abrir un diálogo que termine el trato “deshumanizante” de la Iglesia a los que tienen preferencias sexuales distintas.

 

El nuevo Pontífice “necesita ser un Papa que termine la discriminación de homosexuales y lesbianas dentro de la Iglesia, dijo la directora ejecutiva del grupo DignityUSA, Marianne Duddy, en entrevista.

 

La discriminación de la iglesia para este grupo de creyentes, afecta también a las familias que tienen hijos o padres homosexuales, aseguró Duddy.

 

De acuerdo con DignityUSA, el mayor grupo de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénicos católicos, en Estados Unidos existen unos 2.5 millones de este sector de la población que profesa el catolicismo.

 

Aquí la nota completa

 

 

Comunicado íntegro:

 

No importa que tan cansado o débil esté el Papa Benedicto, aún le quedan dos semanas para usar su vasto poder para proteger a los jóvenes. Antes de que ceda el poder, esperamos que muestre verdadero liderazgo y compasión y tome acciones tangibles para proteger a los niños vulnerables.

 

Imaginen las repercusiones -y la esperanza- que se generaría si en sus últimos días, el pontífice degradara, disciplinara o secularizara a un puñado de obispos que están ocultando delitos de abuso sexual infantil. También imaginen lo disuasorio que sería para los presentes y futuros encubrimientos.

 

Es imprudente asumir que el próximo Papa se encargará del abuso y encubrimiento de mejor manera. La vigilancia, no la complacencia, protege a los niños. El próximo Papa debe ser juzgado por su trayectoria actual, no por nuestras suposiciones ingenuas.

 

El papa Benedicto ha seguido el mismo guión que los dirigentes eclesiásticos han seguido por años, hablando del abuso de forma sesgada y sólo cuando se ven obligados a hablar del tema, ignorando los encubrimientos, usando el tiempo pasado como si se pretendiera que los delitos sexuales cometidos por el clero y tales encubrimientos no estuviesen sucediendo actualmente.

 

En lugar de tomar medidas radicales y proactivas para impedir las infracciones, ofreció disculpas tardías sólo verbales y gestos simbólicos ineficaces.

 

Él habló públicamente acerca de la crisis más que su predecesor (Juan Pablo II), pero (eso) por sí solo no es un logro. Eso es simplemente porque las revelaciones de encubrimiento al más alto nivel llegaron a ser ampliamente documentadas durante su mandato.

 

Si un líder dice más o menos que su predecesor en un tema es irrelevante. Acciones, no palabras. Y cuando se trata de la acción, el Papa Benedicto XVI ha hecho dolorosamente poco para exponer a los depredadores, castigar a los capacitadores y proteger a los niños.

 

Sea o no una oración o frase importa poco. Lo que importa son las acciones de una persona, de manera tangible, para hacer que los niños estén más seguros. En ese sentido, el Papa Benedicto XVI, al igual que la mayor parte de la jerarquía eclesiástica, es terriblemente decepcionante.

 

Es frustrante ver algunos dan el crédito al Papa por pronunciar, en 2005, unas palabras sobre la “suciedad en la Iglesia.” Y es frustrante ver algunos elogios al Papa por su tibia respuesta a los horrores infligidos a los niños por parte del padre Marcial Maciel. El Papa es la figura religiosa más poderosa del planeta. Tal es formulismo debajo de él.

 

El Papa tiene todavía dos semanas. Los niños necesitan que tome medidas decisivas para protegerlos. Esperamos que lo haga.

 

 Cobertura completa sobre renuncia de Benedicto XVI