A poco más de una semana para el inicio de la NBA, los movimientos en la agencia libre siguen cocinándose para algunos equipos mientras otros parecen tener ya la receta preparada para ganar un campeonato.

 

Mucho se ha escrito en días recientes sobre la salida de Chris Paul y de Dwight Howard, quienes buscan horizontes diferentes a los que hay en Nueva Orleáns y Orlando, respectivamente. Sí algún contendiente, como los Lakers de Los Angeles, los Mavericks de Dallas o los mismos Knicks de Nueva York logran concretar el traspaso de cualquiera de ellos, el balance de poder podria cambiar.

 

Pero por ahora, el equipo que luce como el gran favorito para ser campeón es el Heat de Miami, algo que ocurrió desde el año pasado, cuando LeBron James y Chris Bosh anunciaron que se unirían a Dwyane Wade para formar uno de los equipos más talentosos en épocas recientes.

 

El trío finalmente fracasó al caer en las Finales de la NBA por 4-2 ante los Mavericks de Dallas, pero tras el paro laboral que afectó la liga y que acortó el tiempo de preparación para otros equipos, las posibilidades de Miami aumentan y ellos saben que cualquier cosa menos que un campeonato será una gran revés.

 

“Si no ganamos el campeonato  es un año de fracaso”, dijo Wade. “El año pasado lo fue”.

 

James, considerado uno de los mejores jugadores de la actualidad dejó a Cleveland con el corazón roto y Bosh, uno de los mejores delanteros de poder de la NBA, se fue de Toronto. Los dos lo hicieron para buscar un campeonato que en su primer intento se les negó.

 

“Creo que somos el mejor equipo de la liga y así vamos a encarar la temporada”, dijo Bosh. “Las expectativas son obvias para nosotros, no hay nada que valga que no sea el conseguir un campeonato”.

 

Obsesionada con esa meta, la directiva  de Miami trajó dos refuerzos para esta temporada. Uno es de gran calidad como Shane Battier y otro es una apuesta llamada Eddy Curry. Battier, quien llega procedente de Memphis, es un veterano que busca ganar su primer título de la NBA. Su especialidad es la defensiva, algo que le faltó a Miami el año pasado, pero también es un tripleador letal que se debe beneficiar por jugar con tanta estrella, ya que tendrá muchos tiros abiertos.

 

Curry vivió momentos sólidos con Chicago hace varios años, pero luego emigró a los Knicks donde su carrera fue un tobogan del que parecía no salir.

 

“Vamos a darle una oportunidad, todo jugador se la merece y Eddy en algún momento de su carrera mostró que tiene talento para ayudar a un equipo a ser campeón, ojalá aquí lo vuelva a mostrar”, aseguró el entrenador de Miami, Erik Spoelstra.

 

Battier, quien fuera campeón colegial con la Universidad de Duke, firmó un contrato por tres años y nueve millones de dólares, que es poco para un jugador de su calidad, pero su anhelo por ganar un cetro pudo más.

 

De los tres grandes jugadores de Miami, el que tiene más sed de venganza es James, quien promedió cuatro puntos por juego en los últimos periodos de las cuatro derrotas de Miami y fue el blanco de las críticas.

 

“Nunca te sobrepones a perder unas Finales”, dijo James, quien antes había perdido otro título cuando San Antonio barrió a Cleveland. “Pero debemos dejar de pensar en eso, porque ya la temporada está por iniciar”.

 

El autoproclamado “Rey” tiene su trono en Miami, pero le falta ganar un título para ganarse el respeto de las multitudes y si en este año no lo consigue, mucha más presión se le acumulará.

 

“Yo me siento vivo, creo que todos así nos sentimos en el equipo. Personalmente sé lo que está en juego, nada de lo que digan me molesta, yo sólo trabajo para ser campeón”, concluyó James.

 

Miami arranca la temporada visitando a los Mavericks de Dallas, un equipo que también hizo pocos cambios y que pinta para volver a ser su rival a vencer en esta temporada.