ATENAS. Grecia vivió ayer su primera huelga general del año, en un nuevo pulso de los sindicatos contra los recortes del Gobierno del conservador Andonis Samarás, en un momento en que el desempleo alcanza ya el 27% y en el caso de los jóvenes incluso supera el 60%.
Los dos principales sindicatos del país, GSEE y ADEDY, convocaron a una huelga de 24 horas para “repeler las medidas antisociales, ineficaces y contra los trabajadores de un Gobierno autoritario”.
Al paro fueron convocados también el personal sanitario, los abogados, ingenieros, profesores, empleados de banca, de puertos y de aeropuertos, si bien no será de 24 horas en todos los sectores.
No obstante, hubo servicios mínimos en los hospitales y clínicas, y los medios de transporte urbanos funcionaron para permitir a los manifestantes llegar hasta el centro de la ciudad.
Los medios de comunicación habían adelantado la huelga al martes para poder hacer un seguimiento informativo de la jornada del miércoles.
La huelga ha tenido un seguimiento masivo, según los sindicatos, que calcularon que alrededor de un 80% de los trabajadores se han sumado a la convocatoria.
Según indicó un portavoz policial se calcula que hay unas 40 mil personas en la manifestación, que comenzó por la mañana desde varios puntos del centro de la capital.
Rula, una mujer de 48 años y también desempleada, consideraba insuficiente: “Deberíamos estar todo el día en la calle. Están haciendo retroceder los derechos laborales a los que teníamos hace 100 años. Estoy muy decepcionada”.
El desempleo se ha disparado en Grecia desde la intervención económica del país por parte de la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) y según los últimos datos, del pasado noviembre, afecta ya al 27% de la población activa, y a casi el 61% de los menores de 25 años.
La convocatoria de huelga está dirigida a “repeler las medidas antisociales, ineficaces y contra los trabajadores de un Gobierno autoritario”, según el manifiesto de los sindicatos.
Los representantes de los trabajadores, además, se quejan de la extinción de los convenios colectivos provocada por los programas de ajuste de la troika, así como de las medidas de movilización forzosa impuestas por el Gobierno a varios sectores para impedirles llevar a cabo huelgas.
Con carteles contra las medidas de austeridad y coreando consignas contra el Gobierno, decenas de miles de personas -40.000, según la Policía, y 200.000, de acuerdo con los sindicatos- pasaron por la céntrica Plaza de Syntagma, frente al Parlamento griego.
La convocatoria de huelga estaba dirigida a “repeler las medidas antisociales, ineficaces y contrarias a los trabajadores de un Gobierno autoritario”, según el manifiesto de los sindicatos.
Aunque por el momento no hay más medidas de austeridad en el horizonte -de hecho, algunos miembros del Ejecutivo han asegurado que no habrá nuevos recortes de salarios y pensiones este año- el empeoramiento de la situación económica ha provocado la respuesta sindical.
La marcha en Atenas transcurrió en relativa calma, aunque se produjo algún incidente, como el intento de quema de un vehículo por parte de un grupo violento o choques aislados entre manifestantes y policías.