A tres meses de jurar la Presidencia de México, Enrique Peña Nieto asumió como dirigente del PRI.

 

Con el impulso de la transformación del país desde el partido, el mandatario reavivó también su vida partidaria. Y no oculta su alegría. Incluso su corbata ya no es gris como el 1 de diciembre cuando asumió la Presidencia, sino rojiblanca. "El PRI ha iniciado una nueva era en la Presidencia de la República", dice un entusiasta Peña Nieto.

 

El mexiquense es el primer priista del país, el más amado... y el más temido.

 

Al llegar a la XXI Asamblea del PRI, donde cuatro mil 200 delegados de toda la República pusieron al día los estatutos del partido para integrarlo a los órganos de dirección, el mandatario se entrega a la militancia como en campaña. Tarda media hora en recorrer unos 100 metros. Es tan gentil que no sólo posa en la foto con la base priista, sino que les quita el celular y lo entrega a uno de sus colaboradores para captar la imagen en la que luce su mejor sonrisa.

 

En el mismo acto, Peña Nieto sonríe, abraza, y cede a los apapachos de miles de acarreados por los sectores y organizaciones tradicionales priistas: obrero, campesino, popular, mujeres y jóvenes. Y mientras habla el líder nacional del PRI (el oficial, César Camacho Quiroz), Peña escucha atento, con la misma subordinación que cualquier militante del partido, junto a los líderes del priismo en el Congreso de la Unión, Emilio Gamboa y Manlio Fabiola Beltrones.

 

Pero al tomar la palabra, Peña resalta la investidura del Presidente.

 

"No hay intereses intocables", afirma y sus palabras hacen eco entre los gobernadores priistas que lo acompañan en el templete y parecen caer como balde de agua fría a los líderes sindicalistas sentados en primera fila, como Joel Ayala, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado. En ese instante, se hace evidente también la ausencia del dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps.

 

En algunos delegados, que aprobaron los cambios a los documentos básicos del PRI sin hacer gestos, se observan miradas de recelo a la reducción de espacios a la militancia. "Después de lo de Elba Esther (Gordillo) nadie quiere problemas", murmura uno de los delegados de provincia.

 

César Camacho ofrece respeto absoluto a Peña Nieto, su paisano.

 

"Enrique Peña Nieto reivindica sin dobleces su derecho político a militar. Su partido hoy le ofrece respeto y respaldo. Respeto no sólo a su investidura, sino al comportamiento vertical de su gobierno, respeto por su determinación, y a su determinación de someterse permanentemente al escrutinio y ajustarse a los límites del poder".

 

El líder del priismo nacional respalda además la actitud concertadora del Presidente para pactar con los otros poderes públicos y ámbitos de gobierno: "Respaldo por su firmeza y arrojo para decidir siempre lo que conviene a la República. Porque reconoce el imperio de la ley y la eficacia de la política; porque sabe cuándo actuar con toda la fuerza del Estado".

 

Es un domingo atípico, anegado de corbatas y chamarras rojas, de fieles militantes priistas que dejaron la oposición y luego de 12 años de alternancia vuelven a ser partido en el gobierno.

 

Peña Nieto defiende con ímpetu "el ejercicio de mis derechos políticos" y se dice "orgulloso" de militar en el Partido Revolucionario Institucional.

 

Y a un día de llegar al 84 aniversario del PRI, festeja que los priistas estén de fiesta como "en aquella inolvidable noche de victoria del 1 de julio de 2012".

 

La alegría, afirma Peña, ahora se debe a la renovación, compromiso y transformación. "Cuando hubo alternancia, también supo ser una oposición responsable. Lejos de lamentarse, el PRI trabajó para levantarse".

 

A los mismos priistas levantados, Ivonne Ortega, secretaría general del PRI, les pide apoyar "sin titubeos" a Peña Nieto.

 

Sigue la fiesta y Camacho persuade con su retórica: "Ojos irritados por los desvelos, pies adoloridos, gargantas resecas, largas jornadas de trabajo. Esas penurias de la campaña se compensaron con el inigualable sabor de la victoria. Triunfamos sin triunfalismo; ganamos sin derrotar a nadie; recuperamos la Presidencia sin arrebatos de fuerza".

 

La alegría priista no para y se extiende hasta los no priistas, como el comisionado de Seguridad Nacional, Manuel Mondragón y Kalb, quien en calidad de invitado nacional celebra a su jefe Peña Nieto. Y sigue la fiesta, es el priismo renovado. Y con nuevo líder.

 

La lucha por el IVA

 

Abril de 2001.- El primer presidente panista, Vicente Fox Quesada, propone un impuesto general al consumo (incluyendo alimentos y medicinas), que es rechazado por los legisladores de PRI y PRD.

 

Noviembre de 2001.- La XVIII Asamblea del PRI reforma sus estatutos para impedir la posibilidad de discutir la aplicación del IVA en alimentos y medicinas.

 

Diciembre de 2003.- El presidente Vicente Fox llega a un acuerdo con la coordinadora de los diputados priistas, Elba Esther Gordillo, para eliminar la exención del IVA en alimentos y medicinas. Ante el rechazo de su propia bancada, Gordillo es destituida de su cargo, en una maniobra ejecutada por el hoy senador Manlio Fabio Beltrones y el actual secretario de Educación, Emilio Chuayffet. Este último la sustituyó como coordinador de la bancada priista en San Lázaro.

 

Octubre de 2009.- El presidente Felipe Calderón, con Agustín Carstens como secretario de Hacienda, propone la creación de un impuesto generalizado al consumo de 2%. Los ingresos de este impuesto serían destinados a programas contra la pobreza. Este impuesto fue rechazado por el PRI que, a cambio, avaló un aumento de 15 a 16% en el IVA.

 

Octubre de 2010.- El PRI propone reducir el IVA de 16% a su 15% original. El presidente Felipe Calderón amenaza con vetar la propuesta si los legisladores le dan su visto bueno.

 

Febrero de 2013.- El senador priista Joel Ayala rechaza apoyar una reforma tributaria que incluya el IVA en alimentos y medicinas. El también dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), sindicato afín al PRI, afirmó que esta modificación sería ir en contra de la Cruzada Nacional contra el Hambre, impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto.

 

Marzo de 2013.- A mano alzada, los delegados priistas en la XXI Asamblea Nacional aprueban  el dictamen de las reformas a los documentos básicos del partido, que, entre otras cosas, retira los candados que desde 2001 impedían a los priistas discutir la aplicación del IVA en alimentos y medicinas.

 

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