El domingo, mil 400 consejeros priistas se le rindieron a Peña Nieto: en asamblea, le dijeron que sí a todos los cambios que deseaba; incluso, el de quitar los candados para cobrar IVA a alimentos y medicinas.

 

La inmensa mayoría le dijo que sí. La mayoría, pero no Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre. Él es el presidente del PRI en el Distrito Federal, y su negativa provocó que no hubiera unanimidad a la hora de abrirle la puerta a más impuestos.

 

“Nosotros nos mantenemos con nuestra postura. Fuimos muy claros y enfáticos, pero también 31 estados estuvieron a favor de que así fuera”, aseguró Gutiérrez de la Torre al ser entrevistado por 24 HORAS.

 

Durante la pasada asamblea del PRI en la Ciudad de México -la estatal-, los priistas resolvieron por unanimidad no aceptar la aplicación de impuesto alguno en alimentos y medicinas y reprobar la postura del Comité Ejecutivo Nacional, que sí lo quería.

 

Y todos los que participaron en la mesa de la XXI Asamblea Nacional Ordinaria del PRI donde se discutió el IVA, eran integrantes de Movimiento Territorial, corriente de Gutiérrez de la Torre con mayor peso político en la ciudad.

 

“En la Asamblea Nacional nos enfrentamos ideológicamente contra todos los demás estados de la República. Se presentó nuestra propuesta de rechazo al IVA: se discutió, pero al final de cuentas se sometió a votación y la votación nos fue desfavorable”, dijo el nuevo líder del PRI local.

 

Dijo que la dirigencia de César Camacho Quiroz realizó una operación política que se impuso a su grupo político.

 

“Así son las mayorías. No hubo discusiones. La operación política del CEN llevó a que no hubiera mucha discusión. Fue prácticamente un espaldarazo en su totalidad al Presidente de la República”, manifestó.

 

El presidente local heredó un movimiento social hecho con pepenadores, que después agrupó a tianguistas, camioneros, mototaxistas e integrantes  de otras corrientes, con fama de bravas. En las mesas de negociaciones para el reparto de candidaturas, más de una vez ha pedido a simpatizantes suyos apedrear, destartalar y pintarrajear bardas de las sedes nacional y capitalina para que le cedan espacios.

 

El PRI capitalino estuvo más de 14 meses en crisis debido a que la corriente de Gutiérrez estuvo confrontada al grupo político de Beatriz Paredes y María de los Ángeles Moreno, así como al del Ala Progresista, cuyo líder nacional es el diputado federal Isidro Moreno, cercano a Peña Nieto, por el reparto de los espacios políticos en la dirigencia.

 

Gutiérrez de la Torre negó que haya una confrontación con el equipo político del presidente Enrique Peña Nieto.

 

El tema viene a cuento porque Jesús Murillo Karam, quien fue designado en 2011 delegado nacional del partido en el DF para resolver las disputas internas que impedían el relevo en la presidencia local, sintió el peso político de Gutiérrez de la Torre.  “La designación es respetable. Yo no me opongo si es en beneficio del partido, pero zapatero a sus zapatos.  Murillo Karam no conoce los liderazgos de la ciudad ni su problemática”, declaró.

 

Y  tan sólo unas semanas después, Murillo Karam renunció al cargo sin lograr resolver nada.

 

Sobre eso, dijo: “Ayer (domingo) yo tuve la oportunidad de saludar al señor Presidente de la República y no noté ninguna molestia de parte de él ni de su gabinete”.