Fashion Valley es uno de los centros comerciales más visitados de San Diego. A diferencia del Mall del Norte -que se especializa en ropa de saldo o fuera de temporada-, este mall tiene tiendas que van desde el día a día a aquellas que se especializan en el haute couture y el pret a porter.
Desde Hermes hasta Ferragamo, pasando por Gap o H&M, Fashion Valley tiene una zona de comida rápida, cajeros automáticos, vendedores de jabones y fundas para celulares y, por supuesto, tiendas anclas.
Una de estas tiendas ancla es Neiman Marcus. La tienda favorita de Elba Esther Gordillo.
Según las investigaciones de la Procuraduría General de la República, la líder del sindicato de maestros tiene una relación cercana, casi de amorío, con esta cadena de tiendas departamentales, la más cara de la unión americana.
Al igual que en México, la práctica de comprar en tiendas departamentales es una forma recurrente de catapultar centros comerciales. Entre más nombre y prestigio tenga la tienda ancla, mayor posibilidad de convocatoria y venta tiene el mall.
La tradición de las tiendas departamentales en los Estados Unidos comenzó en el siglo XIX en Nueva York. Macys y Lord and Taylor -ambas, aún abiertas- comenzaron la tendencia.
En ese contexto Herbert Marcus y su hermana Carrie crearon, en 1907, la tienda que llevaría los apellidos familiares y del esposo de Carrie. Ubicada en Dallas, Neiman-Marcus importaba ropa y accesorios para los petroleros de la ciudad que, ávidos de lujo, acababan con la mercancía en días.
Con el paso del tiempo, la marca desarrolló un estilo y ambiente que reflejan lujo y exclusividad. La decoración de las tiendas es sobria pero con toques de fantasía y distancia que la diferencian de sus competidores Saks Fifth Avenue, Bloomingdales y Nordstrom.
De la misma forma, Neiman Marcus ha desarrollado una serie de beneficios para sus clientes que la ponen a la vanguardia en trato y preferencia.
Así, la venta personalizada, la recordación del cliente por parte de los vendedores, la solicitud a distancia de mercancía y modelos hacen que el trato sea infinitamente mejor a su competencia.
El catálogo navideño de la firma es de los eventos e ideas más envidiados por sus competidores. Los regalos que se promueven en él son desde extravagantes hasta únicos. Autos, joyas, cheques, yates. Lo que quepa en la imaginación del curador anual.
Asimismo, la inclusión de modelos que transiten por la tienda con outfits a la venta fue el primer paso para la implementación de Fashion Shows que han hecho muy popular a la firma que, hoy en día, tiene 42 sucursales por toda la Unión Americana.
Y, curioso o peculiar, en cada una de ellas la clientela mexicana es extensa. Ya sea en Fashion Valley o Bal Harbor, en Houston o en Los Ángeles, en Phoenix o San Francisco.
Y en esa tienda de Fashion Valley fue donde la líder de los maestros escogía sus zapatos Jimmy Choo o Manolo Blahnik; paseaba por Gucci o Tom Ford; de Loboutin o Couccinelli.
Seguramente, pasaba a la cafetería del tercer piso llamada The Zodiac, donde el Sr. Zavaleta la atendería de forma personalizada para servirle una crema de langosta.
Trato que difícilmente recibirá en Santa Martha Acatitla.