La violencia irrumpió de nuevo en el sur de Sinaloa al registrarse el fusilamiento de cuatro policías municipales y tres civiles, los cuales habían sido privados de su libertad en la sindicatura Agua Verde.
Además, ayer otras tres personas, incluida una policía municipal, fueron secuestradas en Escuinapa.
Debido al crimen de los uniformados, las autoridades de Seguridad Pública de El Rosario determinaron el retiro de las bases de Potrerillos, El Pozole y Agua Verde, las cuales operarán desde la cabecera municipal, informó el periódico Noroeste.
“Se armarán dos unidades para trabajar, esto es una medida de prevención y seguridad para nosotros, pero no significa que vayamos a descuidar la seguridad de la ciudadanía”, dijo Luis Ernesto Gallardo Quintero, titular de la Policía de El Rosario.
Los agentes preventivos muertos son José Guadalupe Toledo Barrón, David Vázquez Canizález, Antonio Cárdenas Aguiar y Luis Alberto Crespo Peralta, asignados a la sindicatura Agua Verde. Las autoridades identificaron a dos de los civiles como Gustavo Salido Corrales y José Alfredo López Cázarez, mientras que el tercero se encuentra sin identificar.
Los cadáveres fueron localizados en un camino de terracería que conduce a la comunidad Cajón Ojo de Agua a Mataderos, en este municipio. Por la posición en la que estaban los cuerpos, se presume que los hincaron para luego darles muerte a balazos.
Autoridades ministeriales dieron a conocer que las víctimas fueron privadas de la libertad por un grupo armado la noche del domingo en diferentes sitios de la sindicatura Agua Verde y en la cabecera municipal de El Rosario.
Calentaron el terreno
Como un golpe muy duro calificó el director de la Policía y Tránsito Municipal la muerte de cuatro agentes policiacos y tres civiles.
Luis Ernesto Gallardo Quintero aseguró que un hecho como éste nunca había pasado en El Rosario.
“Se vivía una tranquilidad y esto vino a romperla, es algo nunca visto aquí, le quitaron la vida a cuatro policías”.
Advirtió que el supuesto motivo del crimen es “calentar el terreno”.
“No podemos decir que sea otro, pues los policías tenían poco en la base, lo que están buscando en crear una sicosis entre la población”.
Gallardo Quintero relató que los cuatro agentes trabajaban ocho días y descansaban dos días, y en el momento del crimen estaban de descanso.
“Tras un baile que resguardaron, fueron a descansar a la base porque ahí estaban asignados. Llegó el grupo armado, los sometió con la fuerza de las armas y con un marro derribaron la puerta y se los llevaron”.
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