La relación que sostuvo Jorge Mario Bergoglio con los gobiernos de los Kirchner, durante sus días como líder la comunidad católica de Argentina, siempre estuvo marcada por hostilidades y discusiones entre ambas partes.
El fallecido expresidente Néstor Kirchner, llegó a considerar al nuevo papa Francisco I como el verdadero rostro de la oposición argentina puesto que nunca reconoció las acciones que emprendió el gobierno para sacar al país de la severa crisis económica que atravesaba la nación sudamericana durante su gestión.
Por su parte, Bergoglio siempre criticó que el gobierno de Kirchner no estuviera abierto al diálogo con la oposición y tomara sus decisiones de manera unilateral.
Al momento de la muerte de Kirchner, el cardenal argentino propinó una cachetada con guante blanco al oficiar una misa de inmediato para la exequias del mandatario.
Con Cristina Fernández, viuda de Néstor Kirchner y actual presidenta de Argentina, la relación ha sido menos hostil, sin embargo también ha tenido sus momentos de polémica.
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En el caso de la discusión que inició el parlamento argentino por el matrimonio igualitario para los homosexuales, el jefe cardenalicio siempre se pronunció en contra y emitió abiertamente sus posturas de rechazo declarando que se trataba de un plan del señor de la mentira para destruir el plan de Dios.
El día de hoy, miércoles, se dio una acalorada discusión en la Cámara de Diputados luego de que la oposición solicitara una interrupción al homenaje que se rendía a Hugo Chávez en el congreso para dar paso al anunciamiento de Bergoglio como nuevo papa en el Vaticano.
Legisladores acusaron al llamado “bloque K” partidario de la titular del ejecutivo por negar un cuarto intermedio durante el tributo.
Con información de La Nación