En el 90.9 de la frecuencia modulada del Distrito Federal transmite XHUIA FM, Ibero.
La estación, logro de la Universidad Iberoamericana, acaba de cumplir 10 años dentro de los estándares que actualmente la rigen. No obstante, su historia es un poco más amplia.
Radio Ibero inició dentro de un boom de inquietudes radiofónicas en las universidades metropolitanas. Ante la cerrazón de la televisión a contenidos atrevidos, la radio se convirtió en el lugar donde la creatividad y el periodismo electrónico tenían un mejor acomodo entre el 89 y el 2000. En pocas palabras, entre el salinato y la proliferación de la primera oleada de internet, la radio ofrecía una propuesta atractiva a varias capas sociales.
Nombres como Gutiérrez Vivó o Ferriz de Con reflejaban el impacto hablado mientras que Luis Gerardo Salas o Martín Hernández eran la demostración de que la radio juvenil también era un nicho de creatividad transgresora.
Así, alumnos y maestros de universidades como la Intercontinental, Anáhuac o el Tec comenzaron a crear sus probetas radiofónicas.
La Ibero iba adelantada. Estudiantes como José Ignacio Manero -sí, el Iñaki del 88.9- habían iniciado el proyecto que lograría ser la primera estación de una universidad privada en tener un permiso de transmisión.
Primero con 20, luego con 100 y ahora hasta con tres mil, XHUIA se volvió en semillero de talento y laboratorio-trampolín para nombres que hoy son parte de la industria. Manero, Tamara León, Mario Campos, Federico Cánovas, Manuel Fernández y Uriel Waizel son ejemplo de ello.
De todas formas, la idea y proyecto de Radio Ibero siempre se vieron empañados por intereses personales y la apatía de la universidad. Fue hasta la salida de Enrique González Torres de la rectoría que la estación fue considerada como un factor importante de comunicación de la institución.
Gabriela Warkentin, Gustavo Rodríguez Reyna, Ricardo Zamora, Manuel Venegas y el propio Waizel le dieron el perfil que hoy tiene: una sólida mezcla de ideas de vanguardia y preocupaciones sociales hechas radio.
Mañana es la fiesta de Ibero 90.9, donde han convocado a un grupo internacional como show de agradecimiento a seguidores, patrocinadores y amigos; pero Ibero ha dado de qué hablar por otras cosas en los últimos días.
La incorporación de Francisco Alanís Sopitas llamó la atención. Alanís, de procedencia radioactiva, lidera el programa matutino Resplandor 90.9 que, para empezar, tuvo como invitado a Miguel Ángel Mancera.
Apenas la semana pasada -en el Día Mundial de la Felicidad-, los locutores de Ibero recibieron agria respuesta de sus bromas por parte de Antonio Esquinca, gerente y locutor estrella de Alfa 91.3.
Esquinca, en tono molesto, se refirió a ellos y a la universidad como “mediocres”. Palabras fuertes para una institución cuyas primeras cabinas de radio fueron donadas por el grupo -Radio Centro- al que pertenece y que, como centro de enseñanza, tiene como egresados a mexicanos de los cuales el país se enorgullece.
Al parecer, el señor Esquinca también olvidó que sus patrones, los señores Aguirre, tienen un amplio respeto por instituciones religiosas como la jesuita, la cual rige a la UIA.
Al final, los locutores de Ibero lograron su cometido: ser vistos, opinados, convertirse en referencia más allá de las aulas de comunicación.
Y eso puede ser todo, menos mediocre…aunque lo diga la muchedumbre grabada.
Felicidades a todos ellos, hasta los agraviados.
Comments are closed.