Rodolfo Trampe es uno de los 25 millones de productores de café en el mundo. Él vive en el Distrito Federal, es coordinador ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café. Uno de sus retos está diluido a 10 años, para entonces a nivel internacional se consumirán 40 millones de sacos más del grano y “nosotros queremos proveer parte de esa demanda adicional”.

 

¿Qué hay detrás de una taza de café?

Muchas historias. Todos hemos tenido momentos acompañados con una taza de café, cerramos negocios, platicamos con la novia, nos mantenemos despiertos; en fin detrás de una taza de café hay un engranaje de ciencia y tecnología. En México para que una familia desayune con café hay 2 mil 500 productores que trabajan en los 12 estados donde se siembra el aromático. El café es un enorme engranaje que comprende desde la siembra, el cultivo, la cosecha, la logística, la comercialización, el proceso industrial y la exportación.

 

El país está en una perspectiva favorable para exportar café industrializado. Mira, un kilo cuesta 80 pesos. De un kilo de café industrializada salen 100 tazas, si en la cafetería pagamos 30 pesos por una taza, entonces saca las cuentas.

 

¿Cuál es el consumo per cápita de café en el país?

De 1.5 kilos por año, muy por debajo de países de Centro América donde el promedio es 2.5 kilos. Y mucho menor si lo comparamos con Brasil donde se consumen 5 kilos por año, ni que decir de Finlandia, ahí es de 12 kilos.

 

¿A qué se debe el bajo consumo en México siendo un país productor?

El consumidor mexicano es de hábitos, aquí se toma mucha soda. Además todavía arrastramos las secuelas de los 80, en ese entonces nuestra economía era cerrada, el precio del café estuvo controlado, cuando los precios subieron a nivel internacional, era imposible trasladar el costo al consumidor en México eso afectó al sector. La consecuencia fue que no hubo competencia y la calidad del producto era mala. Entonces, la gente prefería no consumir café.

 

Te imaginas, si el consumo per cápita fuera mayor a 1.5 kilos por año, entonces no tendríamos necesidad de exportar lo que se produce.

 

¿Cuál era el sabor del café hace 30 años si era mala calidad?

Yo siempre tomé buen café, nací en una finca cafetalera. Lo tomaba para mantenerme despierto y estudiar para pasar los exámenes. En ese entonces era difícil encontrarlo por el control de precios. Mientras que el grano se cotizaba en las bolsas de Nueva York y Londres aquí el precio estaba controlado, era fijo. La situación fue de muchos aprietos y eso afecto tanto la calidad como el consumo. Pero, hoy ha mejorado sustancialmente.

 

Para usted, ¿cuáles son tres bondades del café?, hay mitos muchos mitos alrededor de él.

La demanda es inelástica, el consumidor es poco sensible a los precios, si aumentan no importa, sigue consumiendo lo mismo. El café es un producto aspiracional, entre más altos son los ingresos de la gente quiere consumir café. Por ejemplo ahí están los cofee shops, son una moda.

 

Es cierto que muchas asocian el café con la cafeína que no los deja dormir; pero en realidad hay muchos estudios comprobados sobre los beneficios, es un buen antioxidante. Tambié es un inhibidor del cáncer de mama, está asociado a beneficios para la gente que tiene diabetes tipo 2 y con mal de parkinson.

 

El reto es alentar futuros consumidores como se hace en Colombia, a los niños se les inculca el hábito de tomar café.