Soraya Jiménez, la primera mexicana en conquistar el oro olímpico, al participar en la prueba de levantamiento de pesas, murió el sábado tras sufrir un infarto.  Francisco Hernández, amigo de la familia de la medallista, declaró que la muerte ocurrió mientras la deportista dormía en su departamento y que fue el servicio doméstico quien la encontró.

 

El cuerpo de la pesista fue despedido con porras este sábado tras ser velado por familiares, amigos y algunos compañeros medallistas personalidades de la vida deportiva nacional, antes de ser cremada.

 

Lo anterior indica que la muerte de Soraya fue sin sufrimiento. Sin embargo, la medallista tuvo que enfrentar grandes dificultades tras ganar el oro en Sidney 2000. Muestra de ello son las 14 operaciones que le realizaron en la pierna izquierda en tan sólo 10 años.

 

En 2007, a causa de la influenza B que contrajo en julio de ese año durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, le fue extirpado el pulmón derecho en el Instituto Nacional de enfermedades Respiratorias (INER) para evitar que la infección se le extendiera al izquierdo.

 

Por si fuera poco, en 2009 cayó en coma por la influenza A/H1N1, misma que la mantuvo en riesgo mortal durante 15 días y la introdujo en las 72 mil 504 personas que presentaron el padecimiento en aquella crisis sanitaria.

 

La influenza, contraída en total 3 veces, acabó con las defensas de Soraya Jiménez, quien tuvo que cuidar al máximo cualquier síntoma de gripe, ya que podría convertirse en neumonía. Asimismo tuvo 5 paros cardiorrespiratorios y sufría broncoespasmos en la laringe.

 

A pesar de los problemas que la aquejaban, la medallista corría diariamente 15 kilómetros, nadaba 3 mil 500 metros y levantaba pesas.