El presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, presentó hoy una propuesta encaminada a erradicar la pobreza extrema antes de 2030 e incrementar el ingreso del 40 por ciento de la población más pobre en el mundo.

 

“Estamos en un momento histórico propicio (…) para dar a los países en desarrollo una oportunidad -la primera que jamás hayan tenido- de poner fin a la pobreza extrema en el curso de una sola generación”, señalo Kim en una conferencia en la Universidad de Georgetown.

 

Apuntó la obligación de la comunidad internacional de sumar esas circunstancias favorables a decisiones encaminadas a materializar dicha oportunidad histórica.

 

El plan para erradicar la pobreza extrema antes de 2030, incluye acelerar la tasa de crecimiento registrada en los últimos 15 años y en particular lograr un crecimiento alto y sostenido en Asia meridional y en la África subsahariana.

 

Así como la necesidad de aumentar la inclusión de la población más pobre, moderar la desigualdad y garantizar que el crecimiento se traduzca en la reducción de la pobreza a través de la creación de empleos.

 

En un tercer punto, Kim subrayó la necesidad de evitar nuevas crisis incluyendo las de alimentos, combustibles, financieras o las causadas por desastres climáticos.

 

Destacó que las economías en desarrollo se recuperaron muy rápido de la crisis y se encuentran en una posición “fundamentalmente sólida”, como resultado de una mayor estabilidad macroeconómica, del fortalecimiento del Estado de derecho y del aumento de las inversiones en capital humano e infraestructura.

 

Kim sostuvo que para hacer frente a los desafíos mundiales no basta combatir la pobreza extrema en las economías de más bajos recursos, sino realizar una “labor colectiva” tendiente a ayudar a superar el umbral de la pobreza a las personas vulnerables en todo el mundo.

 

“Es lo que en el Grupo del Banco Mundial denominamos fomento de una prosperidad compartida”, remarcó.

 

El organismo multilateral instó a los 188 países miembros, a trabajar para alcanzar una segunda meta consistente dijo- en aumentar los ingresos del 40 por ciento de la población más pobre de cada país, aún cuando los esfuerzos del BM se centran en naciones de menos recursos.

 

Indicó que en el proceso de adopción de decisiones estratégicas se deberán abordar de manera “sistemática” las prioridades de la equidad y la inclusión de la población que sufre de exclusión económica.

 

Kim precisó que la asistencia del BM consistirá en tomar decisiones a partir de prioridades identificadas en los proyectos con los que se pueda “ejercer el impacto más transformador”.

 

Agregó que se dará seguimiento a los avances y tareas pendientes para el logro de dichos objetivos que se publicarán en un informe anual.

 

Asimismo, dijo que el organismo utilizará su poder de convocatoria y promoción para recordar a los encargados de formular las políticas y a la comunidad internacional “lo que hace falta para el logro de estos objetivos”, remarcó.

 

Agregó que el BM colaborará con sus asociados en el intercambio de conocimientos sobre “las soluciones para terminar con la pobreza y promover la prosperidad compartida”.