1. VA REESTRUCTURA Y REFORMA DE PEMEX DESPUÉS DE QUE SE APRUEBEN LAS REFORMAS A TELECOM
En los 129 días transcurridos de este gobierno ha quedado claro que la cereza en el pastel reformista del presidente Enrique Peña Nieto se llama Pemex. Así lo ha pregonado por igual en Salamanca que por estos días durante su viaje a China.
Pero, como se puede ver, Peña Nieto está construyendo piedra por piedra su estrategia. Primero fue la reforma a la educación, uno de los sectores más sentidos para la población; después el acuerdo político llamado Pacto por México daría base a lo que sigue: Vino el golpe de mesa en contra de un símbolo del poder fáctico: la lideresa magisterial, para luego implementar cambios clave en la ley de amparo, lo que le allanaría el camino para implementar modificaciones constitucionales y reformar las leyes de competencia económica y de telecomunicaciones. Y ya encarrerados, los mismos principios se aplicarán a los banqueros con las reformas financieras que se anunciarán en los próximos días.
¿Qué sigue después de todo esto? La reforma a Pemex, la más emblemática de todas ellas. El “toque de piedra” para gobiernos e inversionistas fuera de las fronteras para ver si efectivamente va en serio aquello de que “México se mueve”.
El calendario original del Pacto por México incluye el inicio de su discusión legislativa para el segundo semestre, en paralelo con la reforma fiscal, pero la reestructura corporativa de Pemex podría plantearse al Consejo de Administración en las próximas semanas tan pronto como se aprueben las reformas a las telecomunicaciones y como prólogo de la reforma energética que viene.
De hecho, esta reestructura -que está lista en el papel y que la Hacienda de Luis Videgaray aún evalúa por sus costos e implicaciones- debe ser aprobada por el Consejo de Administración de la petrolera -que encabeza el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell- y se espera que corra en paralelo con las negociaciones que se llevarán a cabo con el sindicato petrolero, que lidera el senador priista Carlos Romero Deschamps, para revisar el contrato colectivo de trabajo. Una revisión bianual que -además de los salarios- podría abarcar otros temas, como el régimen de pensiones, y que generalmente concluye hacia el mes de julio.
Así que, como se ve, el periodo mayo-julio parece oportuno porque se conjuntan la preparación del presupuesto federal para 2014, la apertura bianual del contrato colectivo con el sindicato, las primeras escaramuzas de negociación sobre los alcances de la reforma energética y, además, un momento de franca debilidad que vive el liderazgo de Romero Deschamps en su relación con el Gobierno federal.
Al interior de la paraestatal, se prevé que mayo y junio serán los meses más probables para que inicie el camino de la reestructura corporativa de Pemex, que dirige Emilio Lozoya, y con ella, Peña Nieto dará el banderazo de salida a la reforma energética que viene.
Así que habrá que estar pendientes. Y es que en la construcción -piedra por piedra- de la estrategia política hacia la reforma energética, el gobierno de Peña Nieto estaría preparando, hacia las próximas semanas, golpes y anuncios importantes en esta materia, abonando al camino de la reestructura corporativa de Pemex que, según todos estos indicios, ya está a la vuelta de la esquina.
2. SE ACERCA EL DESENLACE DE LA GRAVE CRISIS QUE VIVE PRISA
Hasta hace unos cuantos años era impensable que un emporio como el del Grupo Prisa se viera forzado a venderse en partes para sobrevivir. De hecho, su fundador, Jesús de Polanco, no sólo fue uno de los hombres más ricos de España, sino una de las voces más influyentes de las últimas décadas.
Pues bien, del otrora mayor grupo de comunicación española -que dirige Juan Luis Cebrián-, que incluye al periódico El País, al Grupo Santillana, a la Cadena SER, Canal +, entre otros, queda poco. El valor del corporativo (holding) en el mercado bursátil se desplomó hacia los 142 millones de euros el viernes pasado -a 0.215 euros por acción- y todo apunta a que seguirá cayendo, ya que está en una verdadera situación de insolvencia.
El grupo no ha logrado convencer a los mercados con sus programas de recortes de costos y el fondo de inversiones Liberty Acquisition Holding, su mayor accionista, y Santander, de Emilio Botín, sólo ven alguna salida temporal desprendiéndose de alguna subsidiaria. Sin embargo, los bancos involucrados (Santander, HSBC y Caixabank) apuestan a convertir la enorme deuda en capital que, prácticamente, dejaría al grupo de comunicación solo, en manos de financieros.
Los negocios de la televisión y de las casas editoriales son de los más apetecibles para algunos. De hecho, se ha comentado que Telefónica -que es accionista de Prisa y que preside César Alierta- está interesado en Mediaset España (cadena Telecinco) y en la participación en Digital+, la televisión por cable de Prisa. Pero, hoy por hoy, la verdadera joya de la corona es Grupo Santillana.
El asunto es que el tiempo corre en contra de Cebrián y compañía ya que la deuda por tres mil 500 millones de euros agobia su balance. Entre los banqueros de inversión españoles apuestan a que el desenlace del que fuera el mayor grupo de medios de habla hispana no deberá pasar del próximo verano; un asunto que también compete en México a Televisa Radio -que dirige Juan Ignacio Reglero- y en la que participan Prisa Radio y Grupo Televisa.
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