Para completar la cifra proyectada de 25 mil brigadistas en la Cruzada Nacional contra el Hambre, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) incorporará a estudiantes de la UNAM y el Politécnico Nacional.

 

Dentro de los acuerdos firmados por ambas instituciones con la dependencia a cargo de Rosario Robles, se establece que los alumnos podrán liberar el servicio social o bien realizar prácticas profesionales.

 

El esquema es similar al que la misma Robles implementó desde las filas del PRD en la década de 1990, conocido como “Brigadas del Sol”. En aquellos años, jóvenes de la UNAM salieron a las calles para realizar un padrón de pobres para los programas sociales del Gobierno del Distrito Federal.

 

El lunes por la noche se formalizó el acuerdo con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), firmado por su directora, Yoloxóchitl Bustamante. Este martes tocó el turno a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en cuyo caso fue el rector José Narro el encargado de signar el convenio respectivo.

 

En el acto, Robles Berlanga señaló que la UNAM puede tomar a la Cruzada como un reto de investigación, especialmente en la intervención en zonas urbanas, que hasta ahora han estado al margen de los programas sociales.

 

“No tenemos todo resuelto, no lo podemos tener, y por eso necesitamos el concurso de toda la sociedad, y especialmente de los universitarios”, subrayó.

 

Cuando se presentaron las acciones del Mes de la Cruzada, Robles anunció que en este esquema de participación universitaria también se firmaría convenio con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Aunque no existe todavía fecha para formalizar el acuerdo, se espera que sea este mismo mes.

 

Critican incursión de trasnacionales en cruzada

 

La participación de las empresas PepsiCo y Nestlé en la Cruzada Nacional contra el Hambre creará conflictos de interés con el gobierno, porque permitirá a las compañías interferir en políticas públicas para regular sus productos, denunció la Alianza por la Salud Alimentaria.

 

Patti Rundall, activista inglesa y líder de la Coalición Internacional Contra el Conflicto de Interés, advirtió que el único interés de las trasnacionales es “hacer negocio con la desnutrición”, ya que el crecimiento de este problema les permite ingresar en el mercado.

 

Este lunes la Sedesol anunció que PepsiCo y Nestlé, dos de las empresas más grandes en el sector alimentario, fueron las primeras en sumarse a la cruzada. La refresquera, a través de su filial Quaker, desarrollará un atole y una galleta, como complemento en la alimentación de mujeres embarazadas y en lactancia, así como de menores de cinco años.

 

Por su parte, la compañía suiza Nestlé impartirá 200 mil horas de educación en nutrición y cursos de auto empleo, además de apoyar a pequeños productores de leche y café.

 

Al respecto, Rundall señaló que las trasnacionales aprovechan esta imagen y después hacen marketing con ella. “De repente, cada vez que comes chatarra y te pones más gordo resulta que estás ayudando a un niño con hambre”, indicó en conferencia de prensa.

 

Señaló que el caso más documentado por la coalición que dirige es el tema de los sucedáneos de la leche de Nestlé, que aportan al bebé 30 mil calorías a la semana, pero que los gobiernos se han negado a prohibir por los intereses que representa la empresa.

 

Tanto Rundall como Alejandro Calvillo, presidente la asociación El Poder del Consumidor, recordaron que el programa Hambre Cero de Brasil -en el que está basada la Cruzada contra el Hambre-, rechazó el apoyo de Nestlé y dejó en claro que el hambre no se combate con comida chatarra.  GABRIELA RIVERA

 

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