El programa Hambre Cero, del ex mandatario brasileño Luis Inácio Lula da Silva, incorporó desde sus inicios a grandes corporativos como Coca-Cola, Nestlé y Kraft, tal como ha ocurrido con la Cruzada Nacional contra el Hambre.
El modelo brasileño implantado hace una década en aquel país y que inspiró el programa lanzado por el Gobierno mexicano, integró también a otras firmas como Bosch, Unilever, Telefónica, Natura Cosméticos, Honda, Microsoft, Renault, Motorola, Shell y Volkswagen, entre otras, según consta en el sitio fomezero.gov.br.
El portal da cuenta también de la participación de Banco de Brasil, Petrobras, Asociación Brasileña de Supermercados y Grupo Pan de Azúcar, este último el mayor consorcio alimenticio y de supermercados del país.
En México, la entrada de empresas como PepsiCo y Nestlé ha recibido severas críticas, debido a que los alimentos procesados y refrescos son considerados como corresponsables de los problemas alimentarios en el país y el mundo.
En el marco del Mes de la Cruzada, este viernes, Lula da Silva visitará México para compartir los logros alcanzados en Brasil. La prensa de la región latinoamericana da cuenta de que el programa logró reducir 61% la desnutrición infantil y 15% la pobreza rural en aquel país.
Recientemente, José Graziano Da Silva, ex ministro de Hambre Cero en el país sudamericano y hoy director general de la FAO, dijo en entrevista con el diario El País que “tener multinacionales importantes combatiendo el hambre va a hacer la diferencia”.
Como funcionario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Da Silva subrayó que son las grandes compañías las que cuentan con variedad de productos, los trasladan de un lado a otro y, de alguna manera, determinan la oferta y disponibilidad de alimentos en muchas partes del mundo.
Según lo anunció la Sedesol, encabezada por Rosario Robles, José Graziano da Silva estará en México el próximo 30 de abril.
La entrada de grandes corporativos generó críticas entre organizaciones campesinas. Max Correa Hernández, coordinador general del Congreso Agrario Permanente (CAP), exigió ayer a la titular de la Sedesol, Rosario Robles, la firma de convenios con pequeños productores de hasta cinco hectáreas para la producción y distribución de alimentos nutritivos que se incluyan en la Cruzada, ya que, de excluirlos, “se corre el riesgo de potencializar la hambruna en México”.
Excluidos de la cruzada 28 municipios: investigadores
Las críticas a la Cruzada Nacional contra el Hambre no cesan. Un estudio elaborado por investigadores del Instituto Belisario Domínguez, del Senado, señala que la estrategia encabezada por la Sedesol dejó fuera en su primera etapa a 28 municipios considerados por la ONU dentro de las 125 poblaciones con menor desarrollo humano en México.
Pese a que la misma Presidencia de la República justifica la elección de los 400 municipios donde arranca la Cruzada, “con base en la incidencia de pobreza extrema, así como en el número de personas en esta condición y personas con carencia de acceso a la alimentación”, el reporte cuestiona la exclusión de poblaciones que, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, presentan los niveles más bajos en índice de desarrollo humano y social.
La Sedesol estima que son 7.4 millones los mexicanos que viven en pobreza extrema y carencia alimentaria. Datos del Coneval señalan que en el país hay en total 11.7 millones de personas que padecen las condiciones más graves de pobreza al enfrentar al menos tres de las seis carencias básicas consideradas en el Índice de Privación Social.
HAMBRE ANGUSTIA A MEXICANOS
Según el reporte, casi la mitad de los hogares mexicanos está en vulnerabilidad económica, lo que implica la posibilidad de padecer hambre.
La preocupación porque la falta de recursos económicos pueda dejar sin comida a la familia afecta a 46% de los hogares mexicanos (poco más de 13 millones), reveló la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en el Hogar (ENIGH) 2010.
Asimismo, indicó que 14.5% de los hogares en el país se ha quedado sin comida por falta de dinero, mientras que a 35% no le alcanzó para una alimentación sana y variada.
La mayor vulnerabilidad de los hogares se da en el inicio de la vida familiar, ya que, según el estudio, es en esa etapa cuando hay mayores gastos en educación, salud, vivienda y alimentación.