Con una pérdida de 37% en el índice Habita, de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en lo que va del año, el sector de la vivienda pasa por una de sus peores rachas, producto de la suma de mala planeación de desarrollo del sector en al menos la última década, sobreoferta de viviendas, y una cartera vencida sólo comparable a la crisis de 1995.
La mala salud financiera de los vivienderos, como se les conoce a las compañías constructoras, se refleja en la evolución de su cartera vencida con la banca privada, que a enero pasado ascendía a 6,191 millones de pesos, es decir 18.3% de su cartera total, según datos del Banco de México (Banxico).
Curiosamente éste fue el último dato que arrojaría el banco central con respecto a la situación financiera del sector, rompiendo con la tradición de publicar los resultados una vez por mes desde enero de 2007.
El pasado el 20 de marzo, Moody’s lanzó una alerta por las principales constructoras: Urbi, Homex y Geo, debido a que enfrentan desafíos por un menor otorgamiento de subsidios para la vivienda y ante las interrogantes por la llegada del cambio de gobierno y la nueva política de vivienda del presidente Enrique Peña Nieto, anunciada el 11 de febrero.
El Presidente dijo el 11 de febrero que usará el programa gubernamental de vivienda subsidiada para promover proyectos urbanos de edificios de departamentos, los cuales requieren ciclos de planificación, construcción y venta más largos que la construcción de viviendas unifamiliares, horizontales que hasta ahora las autoridades fomentaron y que provocaron que las constructoras se endeudaran y ahora se queden sin efectivo.
Todos estos temores llegaron a la realidad el pasado 16 de abril cuando las acciones de Homex, Geo, Urbi y Sare se desplomaron en la BMV debido a las dudas de los inversionistas sobre el futuro financiero y los rumores de que las empresas van a renegociar sus bonos y créditos. (Índice Habita RT -14.74%; Sare -18%; Homex -16.22%; ARA -12.96%; Corporación Geo -11.67% y Urbi -10.04%).
Como reflejo de la situación en bolsa, los embargos de viviendas aumentaron a más del doble el año pasado respecto a 2011, hasta alcanzar una cifra récord de 43,853, según Infonavit.
“Tenemos un serio problema con las viviendas desocupadas”, dijo Eduardo Torres, economista de BBVA Bancomer, en una entrevista telefónica desde la Ciudad de México.
“Fueron construidas bajo la falsa premisa de que el déficit habitacional era tan grande que todo lo construido sería comprado sin importar las condiciones. Así que la gente tiene sus casas, pero eso no resolvió sus necesidades, porque sus viviendas están a tres horas de su trabajo”.
La política que generó que varias de estas empresas financieras y constructoras ganaran carretadas de dinero con los programas de vivienda que impulsaron los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón en el inicio de su mandato, ya quebraron o están en vías de hacerlo.
También la responsabilidad recae en gobiernos estatales y municipales que promovieron desarrollos deficientes para incrementar su índice poblacional y así hacerse de más recursos del presupuesto federal, dado que este se otorga con base al número de habitantes por entidad.
Para paliar la crisis en vivienda el gobierno federal anunció que impulsará la construcción de unas 46 mil nuevas viviendas en el país, cifra equivalente al número de viviendas abandonadas, así lo dijo el director de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), Jesús Alberto Cano Vélez.
Además reveló que otorgará garantías hasta por 15 mil millones de pesos para créditos de construcción de vivienda, pasando de los 30 mil millones actuales a 45 mil millones, lo que implicaría elevar entre 40% y 50% el saldo del crédito actual para este rubro. Lejos de los 60 mil millones de pesos de los que pudo disponerse en 2007.
Y es que el gobierno federal ve un rezago de nueve millones de viviendas, por lo que se comprometió a reducir la cifra sin que afecte el aspecto cualitativo, según declaraciones del titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Jorge Carlos Ramírez Marín.
El titular de la Unidad de Banca de Desarrollo de la SHCP, Luis Madrazo, desconoció la crisis en el sector y declaró “vemos perspectivas sólidas de aquí en adelante sin ninguna amenaza inminente en este sector”, destacó durante su participación en el Mexican Housing Day.
Estrategia
La Política Nacional de Vivienda anunciada por el jefe del Ejecutivo, incluye una mejor coordinación entre agencias de gobierno, un modelo de desarrollo más sustentable, reducción en el déficit habitacional y acceso a una mejor vivienda.
“Establecimos la meta de que toda la nueva vivienda financiada por el Estado cuente al menos con dos recámaras con espacios dignos y decorosos”, planteó el Presidente.
También da prioridad a los subsidios para los edificios de departamentos en lugar de las viviendas unifamiliares, que requieren más terreno y que dominaron los desarrollos subsidiados en los gobiernos anteriores, por lo que el cambio está obligando a los constructores a adaptarse a nuevos estándares.
Sin embargo la nueva política no cambió sustancialmente los proyectos de desarrollos inmobiliarios, dado que de las 50 mil hectáreas registradas para construcción de vivienda en el país, el 94% ya ha sido aprobado, según la Sedatu quien arrojó el resultado del monitoreo de los Desarrollos Urbanos Integrales (DUI).
Los certificados DUI evalúan aquellos desarrollos que cumplen con tener una vivienda vinculada con transporte, equipamiento de salud y educativo, entre otros servicios, y del que forman parte de la Comisión Intersecretarial organismos como Sociedad Hipotecaria Federal, Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), el FovISSSTE así como el Infonavit, las secretarías de Hacienda y Crédito Público, Salud, Economía, y Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, entre otras dependencias federales.