La imagen de 20 jóvenes encapuchados secuestrando con violencia a la Rectoría de la UNAM es un buen reflejo de cómo los vacíos de autoridad no sólo se van llenando con poderes de facto o grupos de presión que usan la fuerza para imponerse; nos muestra también una realidad que desde algunos estados del país manda mensajes al resto de la sociedad de la República, que termina por replicar el mismo esquema de presión y fuerza bajo una lógica simple: “si violas la ley y no pasa nada, y además logras que atiendan tus demandas, entonces esa es la vía”.
No se puede desconectar la toma violenta del edificio que alberga la autoridad de la máxima universidad del país de las tomas de edificios públicos, calles, carreteras y autopistas ocurridas de manera impune en los últimos días lo mismo en Guerrero que en Michoacán; no se puede entender que 20 estudiantes que reivindican causas de dudosa seriedad, puedan pasar por encima de todos los niveles de autoridad e instalarse por la fuerza en el espacio que simboliza la defensa del conocimiento y las ideas.
Antes de que los 20 muchachos se cubrieran el rostro y decidieran reivindicar sus demandas por la fuerza, seguro vieron cómo los maestros sitiaban, también por la fuerza, en un virtual golpe de Estado, al Congreso de Guerrero la semana pasada para evitar que legislaran en contra de sus demandas. Una cosa lleva a la otra; si no hay consecuencias en Chilpancingo de un acto de tal gravedad, seguramente tampoco las habrá en la UNAM, como no las ha habido en Michoacán ni en Oaxaca ni en tantas y tantas acciones de fuerza y de presión que todos los días ocurren en este país sin que haya autoridad que intervenga.
Se entiende que el rector hable de defender a la UNAM sin violencia, pero lo que no se entiende es que no haya autoridad que asuma una responsabilidad con lo que ocurre en el territorio universitario. El jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, dice que le da todo su apoyo a la universidad pero “el problema es federal”. Y en el Gobierno federal voltean para otro lado, como lo hicieron en las últimas acciones de normalistas y maestros en los estados, aunque la PGR dice que analizará si procede actuar en la casa de estudios.
Y así avanza un fenómeno que, a querer o no, se hace presente en varias regiones del país, lo mismo en los llamados grupos de autodefensa, que en la violencia y el terror impuestos por los narcos o en los conflictos sociales que recurren a las violaciones legales como método de presión: es el desgobierno, por no hablar de ingobernabilidad, una palabra que tanto asusta a las autoridades que siempre negarán su existencia. Pero en la realidad ahí están los hechos, no los discursos o las declaraciones que hablan de un país en su mejor momento o de una violencia que disminuye y está bajo control. Realidad mata discurso, por bien intencionado y optimista que éste sea.
NOTAS INDISCRETAS. La decisión del PAN de ausentarse de los actos y reuniones del Pacto por México es la respuesta al envalentonado discurso del Presidente en el que confunde las críticas con las denuncias y decide respaldar a su secretaria de Desarrollo Social y dar su apoyo al gobernador de Veracruz. Lo dicho, la liga se sigue estirando y en una de esas se les rompe…Ninguna posibilidad de que avance la solicitud de juicio político en San Lázaro contra Rosario Robles y Javier Duarte promovida ayer por PAN y PRD. La mayoría priista, como en los viejos tiempos, se encargará de frenar el asunto y ponerlo en el congelador, lleno de ese tipo de solicitudes. Eso lo sabe la oposición, que más bien apuesta a que el PRI asuma el costo político de sus posiciones. La duda es si la lógica del procurador Jesús Murillo Karam ante la denuncia panista contra los funcionarios públicos será la misma que la de su partido y antigua bancada o ahí sí habrá averiguación previa y conclusiones. Es pregunta…Se enrachan los dados. Otra Escalera.