Atrás de Gustavo Madero hay muchos panistas preocupados.
Temen consecuencias personales por la intransigencia asumida por su dirigente tras acusar al gobierno priista de uso político-electoral de los programas asistenciales.
El riesgo es real y la historia viene de años.
Alguien convenció a Vicente Fox de impulsar el servicio civil de carrera como fórmula para garantizar eficiencia en la administración pública federal.
Pero por encima de su gobierno, con escasa ideología y sin metas específicas, Felipe Calderón asumió un dicho de su antiguo jefe Carlos Castillo Peraza:
-Hay que ganar el gobierno sin perder el partido.
Complacía así a muchos panistas porque veían cómo a la transición no siguió el despido de la burocracia heredada del antiguo régimen, toda identificada con el priismo.
Fox ni siquiera se interesó en controlar la FSTSE, el organismo gremial donde Joel Ayala se ha conservado desde la mitad del sexenio de Ernesto Zedillo.
CINCO MIL MANDOS EN LA ALTA BUROCRACIA
Con Felipe Calderón fue diferente.
Dedicó a correligionarios no solamente los altos cargos de la estructura gubernamental -secretarías de Estado, direcciones generales, embajadas-, sino posiciones de menor rango.
El debate se ha centrado en las delegaciones federales, pero la estrategia fue más extensa.
En muchos casos hasta las jefaturas de departamentos se entregaron a panistas confesos y, a pocos meses de concluir la administración, recibieron la base y les elevaron los salarios.
Así se les garantizó larga permanencia en el erario.
No son unos cuantos.
El sindicalismo burocrático redondea la información, pero la estima en al menos cinco mil mandos, más su equipo de secretarios, choferes y asesores.
Pocos si se considera el diagnóstico elaborado por el senador David Penchyna: de 2006 a 2011 se pasó de 87 puestos con rubro de subsecretarios a 335, y los mandos superiores pasaron de cuatro mil 95 a ocho mil 217.
LAS DENUNCIAS DESATENDIDAS DEL PANISMO
La estrategia gubernamental del calderonismo se completó con el uso de programas oficiales.
Ayer el coordinador de los senadores priistas, Emilio Gamboa, recordó la gran cantidad de denuncias presentadas en el sexenio pasado, pero jamás atendidas por las instancias administrativas (Función Pública) y penales.
Los beneficios económicos de los programas privilegiaban a militantes del PAN y los políticos a los candidatos.
Hoy todo esto está bajo análisis y los panistas pueden ser los perdedores.
Si hay decisión y se actúa pese al servicio civil de carrera, todos esos cargos están en riesgo, amén de consecuencias penales.
Un caso:
En el Registro Agrario Nacional se creó un equipo de asesores con salario de subsecretarios.
Su función era elaborar un catastro rural y no lo tienen.
El equipo de gobierno podría encontrar en estas circunstancias y su parálisis consecuente -Luis Videgaray las padece en Hacienda, donde hay salarios de privilegio- la oportunidad de detonar con la protesta panista
Si Ernesto Zedillo prácticamente desapareció un poder y jubiló a todos los ministros de la Corte…