Urbi, la tercera constructora de viviendas de México, debe 20 mil millones de pesos, pero solamente tiene 116 millones en efectivo y únicamente vendió 911 casas en los primeros tres meses del año.

“Urbi cerró el primer trimestre con efectivo de 116 millones de pesos y una deuda de 20 mil millones de pesos, un aumento de cuatro mil millones de pesos, después de utilizar efectivo para reducir líneas de crédito y cuentas por pagar”, advierten los expertos de Banamex. “Los resultados del primer trimestre de 2013 muestran la paralización casi total de las actividades para conservar efectivo”.

 

El viernes 26 de abril, después del cierre del mercado, la constructora de vivienda reportó sus resultados financieros correspondientes a los tres primeros meses del año. Eso no evitó que ayer sus títulos se desplomaran en la Bolsa Mexicana de Valores: 12.31% de caída en la primera sesión de la semana.

 

“Urbi reportó resultados considerablemente menores de lo esperado, lo cual refleja su decisión de solamente construir y vender lo requerido para satisfacer las obligaciones del trimestre”, recuerda Banamex en un reporte.

 

Sus ingresos netos fueron por 468 millones de pesos, una caída anual y contra los estimados de Banamex superior a 80%.

 

La pérdida neta ascendió a mil 338 millones de pesos, cuando el estimado de Banamex era de 291 millones de pesos, y el del consenso era de 174 millones de pesos.

 

Además, Urbi vendió 911 viviendas en el primer trimestre, una caída de 87% anual frente a las seis mil 984 unidades vendidas en el mismo lapso de 2012.

 

“Las viviendas vendidas se redujeron al mínimo por el proceso de consolidación de la compañía”, dice Banamex.

 

Los analistas recuerdan que Urbi contrató a Rothschild para ayudarle a restructurar sus pasivos y espera tener listo el análisis de su situación en las siguientes semanas.

 

En este contexto, se acogió al periodo de gracia de 30 días en el pago de los intereses del bono Urbi 2016, el cual se tenía que realizar el pasado 19 de abril.

 

Banamex recuerda que la industria de la construcción de viviendas en México enfrenta un crecimiento limitado o negativo de utilidades y una continua expansión del capital de trabajo, lo cual ha propiciado dudas en el mercado sobre la solvencia del sector.

 

“Urbi está más retrasada que sus pares y acumuló mucho más capital de trabajo neto inmovilizado en su negocio que debe monetizar para sobrevivir”, advierten los expertos.