Quien haya intentado cancelar una tarjeta de crédito, no se extrañará de lo que aquí le contaremos. Esta historia ocurrió hace unos días en una sucursal de Banamex, pero júrelo que bien podía haber sucedido en cualquier otro banco.
Toma su ficha -la chorromil, como suele ocurrir- una señora con un fólder verde rabioso que durante la espera nos muestra todos los papeles con que va a cerrar las tarjetas de crédito del último esposo de su madre (fallecido en 1984) y la extensión que le dio a su mamá -la cual nunca usó- quien a su vez murió hace tres años.
Cuando le tocó su turno, vimos cómo la dama en cuestión -toda ella muy bien arreglada, por cierto- iba sacando papel tras papel: actas de defunción con original con copia certificada por notario, identificación original de los difuntos, identificación y copia de quien hacía el trámite, último estado de cuenta…
“¡No, no…! -replicó quien la atendía-, el último estado de cuenta de cuando murió el cliente”. “¡Pero si fue en 1984!”, repuso compungida la mujer. “No sabe usted cuántas trampas se hacen”, advirtió la empleada. La señora adujo entonces: “La cuenta de la tarjeta es la misma y si tiene el estado actual es obvio en ceros es obvio que no se debe nada”. “Pues no se puede”, insistió la autoridad tras el escritorio.
Siguió la conversación en ese tono hasta que la clienta, resignada ante la imposibilidad de cancelar las tarjetas, preguntó: “¿Y qué pasa si no se paga la renovación de la tarjeta?”. La respuesta fue implacable: “¡Pues sus familiares se van al Buró de Crédito!” (Ahí donde van a dar los morosos)
La mujer, incrédula, inquirió: “¿Los cadáveres, los muertitos?” Ante la imposibilidad de hacer más -por supuesto que no pudo cancelar las tarjetas-, ofreció amablemente enviarles la nueva dirección de su mamá y de su esposo en el Panteón Francés.
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LA DERROTA DE HERMINIO BLANCO.- El caso de la derrota de Herminio Blanco (y del gobierno mexicano) en su intento por alcanzar la dirigencia de la Organización Mundial de Comercio no es cosa menor y sí en cambio dice mucho sobre la posición de México en el mundo.
Si el ex secretario de Comercio y ex negociador del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos era un candidato “de lujo, de ligas mayores” -que lo es- ; si la campaña que realizó en la carrera por la dirección de la OMC fue “impecable” y contó con todo el apoyo de la cancillería mexicana -lo fue-; si contaba con el apoyo de todo el bloque europeo, ¿por qué perdió entonces frente al brasileño Roberto Carvalho?
La respuesta que nos dan algunos diplomáticos está en el giro que se dio a nuestra política exterior desde 1994, alineándonos con los países del Primer Mundo y olvidándonos de los países del otrora llamado Tercer Mundo, cuyos votos en momentos como éste cuentan más. El problema, pues, es de fondo, es estructural. Y eso, ni el “efecto Peña”, ni lo que promete llegar a ser nuestro país en unos años, nos puede dar un triunfo.
Así que si nuestro país quiere ganar posiciones a nivel internacional, es hora de volver a hacer amigos entre “los condenados de la tierra”.
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PEÑA VIAJARÁ A COLOMBIA.- A propósito de temas internacionales, los próximos días 22 y 23 mayo, el presidente Enrique Peña Nieto viajará a Cali, Colombia, para participar en la cumbre de la Alianza del Pacífico (integrada por Chile, México, Perú y Colombia; y a la que aspiran sumarse Costa Rica y Panamá). En calidad de observadores han confirmado su asistencia los mandatarios de España y Guatemala, así como el primer ministro de Canadá.
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GEMAS: Regalito de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México: “OJO: Cuida al ciclista”.
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