El hombre más rico del mundo, Carlos Slim, visitó a Larry King hace unos días en su casa de Beverly Hills, y ahí platicaron de cosas que no muy a menudo expresa el mexicano en público. La charla está en OraTV, disponible para quien quiera verla, como una exclusiva del canal de internet que, a propósito, está bajo las órdenes de estos dos hombres, sinónimos de poder. Este es un fragmento de la conversación.

         –¿Tienes Carlos una habilidad natural para hacer dinero? ¿Piensas que va hacia ti fácilmente?–, le dice Larry King a Slim.

 

–No. Creo que he practicado con los números toda mi vida. Y cuando tú trabajas mucho tiempo con ellos, puedes leer muchas cosas en los números que estás viendo, puedes encontrar muchas veces los problemas en las matemáticas, lo que son las tendencias. Encuentras una mejor manera de hacer las cosas. Sólo viendo los números, los números te hablan.

 

–Lo ves, ellos cobran vida contigo.

 

–Sí.

 

–¿Cuántos negocios tienes?

 

–¿En cuántos sectores?

 

–Hay personas que piensan que es malo tener a su familia trabajando con ellos, porque es un tipo de presión distinta. Tú sabes, que es mejor tener a la familia haciendo lo que ellos quieren. Algunas personas creen eso.

 

–Bueno, yo no soy radical. Creo que si quieren involucrarse, está muy bien. Si ellos no quieren, pueden encontrar su camino. No es necesario, ellos pueden ser doctores o filósofos, lo que sea que a ellos les guste. Pero si ellos quieren estar involucrados, como en mi caso, como fue, ellos decidieron estar involucrados en las compañías.

 

–¿Cuántos nietos tienes?

 

–20, solamente 20.

 

–¿Eres un buen abuelo?

 

–Sí, eso creo, sí, creo.

 

–Ellos son unos niños bendecidos. ¿Cómo evitas niños consentidos?

 

–¿Perdón?

 

–¿Cómo le haces para no malcriar a tus nietos cuando tienes todo lo que tú tienes, en abundancia?

 

–Porque ellos aprenden en primer lugar que la fortuna es una responsabilidad y un compromiso. Que nosotros somos una especie de fortuna temporal. Porque al final del día, nosotros no nos llevamos nada. Tú eras el administrador de la fortuna. Y la fortuna no eres simplemente tú, es de la sociedad en la que vives. Ellos entienden cosas, ellos saben que no pueden tener cosas.

 

–¿No les das lo que quieren?

 

–Sí.

 

–¿Se los das o no se los das?

 

–No, les doy una cuenta importante, pero ellos nunca la usan.

 

–¿Tú les das un cheque, como dinero en cuentas bancarias, y ellos no lo usan?

 

–Sí, la cuenta, la cuenta de inversión, pero ellos nunca la usan.

 

–¿Por qué?

 

–Porque ellos entienden que no deben tener cosas simplemente por tener cosas.

 

–¿Eres feliz?

 

–Oh, eso de ser feliz… Tú sabes que llegas a un punto y que te quedas ahí. Como en el domingo de Pascua, ¿tú eres feliz siempre no? Tú te pones feliz siempre. Yo creo que es una forma de vivir. La felicidad es una forma de vivir de manera positiva. Eso significa ser positivo. Eso significa que tú vives en una feliz…

 

–Lo entiendo, es un proceso.

 

–Es un proceso.

 

–¿Cómo le haces para…

 

–Déjame agregar, no es un proceso para llegar a algún punto. Es más una forma de vivir, es vivir en positivo.

 

–Nunca hay un punto.

 

–No, nunca hay un punto. Habrá altas y bajas.

 

–Hablando de bajas. ¿Cómo lidiaste con la muerte de tu esposa?

 

–Bueno, así es, la vida es exactamente así, puedes tener momentos muy difíciles y la única manera en la que consigues salir de ellos es ver que hay amor, en la vida y en la muerte. Ama tu vida. Y ama lo que sea que la vida te dé. Qué hermosa es la vida. Y tú siempre debes seguir lo que la vida te dé.

 

–Europa del Este, ese es el pensamiento de allá también. Cuando abres los ojos en la mañana, estar agradecido por ese día.

 

–Sí, y amar la vida. Sólo admira lo que te ofrece. Tantas cosas.

 

–Es un milagro.

 

–Es un milagro.

 

–Ah, y los Yankees. El beisbol es uno de tus amores, ¿correcto?

 

–Sí.

 

–Pero no comprarías a los Yankees, eso me dijiste hoy, yo entré en shock. Si yo tuviera tu dinero, yo compraría a los Dodgers.

 

–¿Y qué harías?–, pregunta Slim.

 

–¿Que qué haría?

 

–Si lo hicieras, ¿disfrutarías más?

 

–Oh, amaría ser el dueño de un equipo de beisbol.

 

–Tu puedes tomarlos, si quieres–, contesta Slim.

 

–No, pero me gustaría… la emoción de ser dueño. De poseer un equipo.

 

–Eres dueño de un equipo y tú también tienes que ganar, tendrás que pagar más y manejar al equipo, o dejar que los managers decidan.

 

–Voy a dejar que los managers decidan, mientras me siento en el box.

 

–Y sentir que eres el propietario–, agrega sonriente Slim.

 

–¡Yeah!, ¿No sientes lo mismo?–, pregunta King.

 

–No, ve y siente que eres el dueño y eso es la misma cosa.