La canciller federal alemana Angela Merkel, consciente de la influencia de los votantes cristianos en las elecciones de septiembre, efectuó un rápido viaje a Roma el sábado para reunirse con el papa Francisco.
Merkel habló en privado durante 45 minutos con el pontífice en el Palacio Apostólico y según se dijo se concentró en cómo lograr que la economía europea esté al servicio del pueblo.
Su partido demócrata cristiano depende en gran medida del apoyo de los votantes protestantes y católicos, y el encuentro podría ser un aval para la campaña de la líder identificada en Europa como pionera de la reducción de la deuda, incluso si ello implica padecer una dolorosa austeridad.
El Papa fustigó el jueves lo que calificó de “culto del dinero” en un sistema financiero global que acaba tiranizando a los pobres del mundo en vez de ayudarlos.
Cuando se le preguntó si habían hablado sobre las recientes críticas del pontífice, Merkel respondió que trataron sobre la regulación de los mercados financieros.
“La regulación de los mercados financieros es nuestro problema central”, dijo la canciller, que recibió a la prensa en terrenos del Vaticano. “Estamos avanzando, pero todavía no estamos donde pretendemos, donde podamos asegurar que no volverá a ocurrir un descarrilamiento del mercado social”.
“Debería ser así: la economía está para servir al pueblo. En los últimos años no ha sido así para nada”, agregó.
Italia, España, Irlanda, Portugal y especialmente Grecia han visto a sus gobiernos concentrarse en la reducción de la deuda mientras reducían los gastos estatales. Con el crecimiento paralizado ha aumentado el desempleo, especialmente entre los jóvenes. Los negocios, muchos de ellos operados por familias en el sur de Europa, han quebrado a medida que se agotaban los préstamos bancarios.
La canciller también dijo que el papa destacó que el mundo necesita una Europa firme y justa.
Merkel está actualmente en campaña reelectoral para los comicios de septiembre en Alemania, donde la mitad de la población es católica. Especialmente en Baviera existe una firme tradición conservadora y católica.
Según un comunicado del Vaticano, Francisco y Merkel se concentraron en temas de “interés común, incluida la situación sociopolítica, económica y religiosa en Europa y en el mundo”.
“En particular, hablaron sobre salvaguardar los derechos humanos, acerca de las persecuciones sufridas por cristianos, la libertad religiosa y la colaboración internacional para promover la paz”, agregó la Santa Sede.