JERUSALÉN. El jefe del Ejército israelí, general Beny Gantz, advirtió ayer al presidente sirio, Bachar al Asad, que no arrastre la meseta del Golán a la guerra civil en Siria porque de lo contrario “él pagará el precio”. La expresión de Gantz ocurre tras su visita a la meseta que la madrugada del martes fue escenario de un nuevo choque armado entre ambos países, el tercero de la semana.

 

Una patrulla israelí fue blanco de disparos procedentes del otro lado de la frontera común y que el ejército respondió con un misil hacia el sitio del que provenía el ataque. “Al Asad alienta la actividad contra Israel en la meseta del Golán. No permitiremos que el Golán se convierta en una excusa, si causa un deterioro en el Golán será él quien pague el precio”, dijo Gantz en una conferencia sobre Seguridad Nacional en la Universidad de Haifa.

 

En respuesta y desde Damasco, el Ejército sirio aseguró que sus fuerzas habían disparado y destruido un vehículo israelí que había atravesado la línea divisoria de seguridad en los altos del Golán, según un comunicado difundido por la agencia de noticias oficial Sana. “La patrulla estaba claramente junto a la verja de seguridad, no entró en el territorio sirio, esas son tonterías”, afirmó Gantz sobre la acusación de Damasco.

 

Por su parte, el capitán Roni Kaplan, portavoz militar israelí para medios hispanos, indicó que “el vehículo sufrió únicamente daños leves”. En los últimos meses, numerosos proyectiles erráticos del conflicto sirio han caído en los altos del Golán, pero hasta ahora el gobierno de Damasco nunca había asumido la responsabilidad.

 

La edición digital del diario israelí Yediot Aharonot señaló ayer que el Ejército israelí, que no siempre responde a ese tipo de sucesos, lanzó un misil Tamuz contra una posición siria al entender que el hecho de que los disparos partieran del mismo punto aproximadamente a la misma hora en las tres últimas noches indicaba una voluntad.

 

A principios de mayo, el ministro de Información sirio, Omran al-Zoubi, anunció que su país usaría “todos los medios” para responder a dos bombardeos aéreos contra instalaciones militares y científicas en las inmediaciones de Damasco, que su gobierno, y fuentes occidentales, atribuyeron a Israel.

 

Israel no confirmó ni desmintió los ataques, supuestamente lanzados contra un envío de misiles de avanzada precisión a la milicia del movimiento libanés pro-iraní Hezbolá, aliados de Al Asad y cuyos combatientes luchan en uno de los frentes de la guerra civil siria más próximos a la meseta del Golán.