Como si su sexenio no hubiera sido lo bastante polémico y el periodo más violento y sangriento que recuerde el México contemporáneo, el ex presidente Felipe Calderón, aún desde el exilio, no deja de estar presente en la política nacional. Su figura gravita hoy en dos problemas centrales que enfrenta el país: por un lado la fractura en el PAN, provocada por la rebelión de los calderonistas y su enfrentamiento con Gustavo Madero, y por el otro, la resurrección de su estrategia contra el crimen en Michoacán, ahora reditada por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

El calderonismo que llevó al PAN a la debacle electoral y le hizo perder la Presidencia de la República, ahora amenaza con fracturar al partido de derecha porque los ex funcionarios de Calderón, hoy senadores en su mayoría, no aceptan que perdieron no sólo el poder sino el control del partido en donde también perdieron el control casi monopólico que ejercieron como grupo gobernante. Con Ernesto Cordero a la cabeza, hoy los leales al ex presidente desconocen la autoridad de su dirigente nacional y dividen a la bancada blanquiazul en el Senado, con el argumento de que tienen una “visión distinta de partido” a la de su dirigente.

 

En el fondo de la disputa de poder por el PAN aparece la oposición de los calderonistas a los acuerdos del Pacto por México y como contexto las recientes revelaciones de que en una denuncia de Pemex se involucra a César Nava, un cercanísimo ex colaborador de Calderón en un fraude millonario, como si se tratara de un claro mensaje del gobierno federal a quienes formaron parte de la administración anterior y una forma del respaldo que desde Los Pinos dan a Gustavo Madero en ese pleito interno del panismo.

 

Pero la política no es el único tema en el que por estos días está presente el nombre del ex presidente Calderón. La estrategia que el gobierno de Peña Nieto presentó ayer para el rescate de Michoacán, y que comenzó desde el fin de semana con el arribo de tropas federales al estado, hizo que muchos se plantearan en dónde está el tan mencionado “cambio de estrategia” que tanto ha anunciado la actual administración.

 

Luego de meses de dejar asfixiarse a los michoacanos en un clima de ingobernabilidad y ausencia de Estado, lo que anunció ayer el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, no es sino una redición de lo que fue la cuestionada estrategia antinarco y anticrimen de Calderón: el envío masivo de tropas de las Fuerzas Armadas y la Policía Federal para enfrentar al crimen organizado y devolver la paz a regiones controladas por los cárteles de la droga. Incluso el “mando único” de esta estrategia fue puesto en la Secretaría de la Defensa, para que no queden dudas de que es el Ejército el que manda en estos operativos.

 

¿Para eso se tardaron tanto en decidirse a enviar la ayuda urgente por la que clamaban los michoacanos de municipios enteros controlados por el crimen o de su capital asediada por maestros y estudiantes normalistas violentos? Claro que la estrategia funcionará y ya comenzó a dar resultados con el repliegue del movimiento de los aguerridos normalistas que, apenas supieron de la llegada de las tropas militares y civiles, levantaron sus marchas y devolvieron los casi 80 camiones de transporte que mantuvieron secuestrados junto con cinco policías estatales.

 

Es decir, nadie duda de que el operativo federal lanzado por el gobierno peñista será efectivo y devolverá, en el corto o mediano plazo el control del estado y la tranquilidad a las regiones convulsionadas en el estado; es sólo que, quizás salvo el argumento de la coordinación entre las tres fuerzas federales -Ejército, Marina y PF- que nunca existió el sexenio pasado, todo lo demás es exactamente la misma receta que Calderón aplicó a lo largo de su sexenio y que le valió tantas críticas. A pesar del discurso del cambio, el fantasma del ex gravita, a querer o no.

 

NOTAS INDISCRETAS… Hasta el cierre de esta edición seguía la encerrona en el CEN del PAN para definir al nuevo coordinador en el Senado. En las redes sociales, periodistas afirmaban desde las siete de la noche que era Héctor Larios el elegido por Madero, pero el dato no lo confirmaban asistentes a la reunión. También sonaban hasta anoche los nombres de José Carlos Romero Hicks y el de Ernesto Ruffo como las opciones. Hoy deben despejarse las dudas y rumores… Se recuperan los dados. Escalera.

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