En el Senado lo auguran: Ernesto Cordero no tardará mucho en vivir “la cruda del poder”.
Le dan tres meses, lapso en que concluye su nombramiento como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Alta.
Después, dicen, “la esfera de poder se revienta y se convierte en un senador mortal”.
Adiós a la gran oficina, a sonar el botón para que acudan los ayudantes, las secretarias, los asesores. Apenas le tocará -como a cualquier senador sin presidencia de Comisión- una secretaria, dos asesores y un chofer.
Porque ni pensar en que el PRI va a soltarle la presidencia de la Comisión de Hacienda ¿verdad? (Actualmente la encabeza José Yunes)
Y aquellos que lo apoyan, ¿se van a pelear con el nuevo coordinador de la bancada blanquiazul y poner en riesgo sus propias posiciones? Porque si no se alinean, Gabriela Cuevas, por ejemplo, podría perder la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores; Roberto Gil Zuarth, la de Justicia; y Javier Lozano, la de Comunicaciones y Transportes.
Ante esta posibilidad, dado que el coordinador en turno de la bancada blanquiazul tiene la facultad de cambiar sus piezas y llevarlas al pleno a votación, ¿alguno de ellos se va a pelear con el nuevo coordinador por solidaridad con Cordero?
Del vicecoordinador actual, Francisco Domínguez, las apuestas van en el sentido de que no se queda en el cargo.
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DOBLARON LAS MANITAS.- Ante la situación expuesta, no extrañe entonces que la “rebelión” de los 24 senadores que decidieron no asistir a la reunión convocada por Gustavo Madero ayer por la tarde haya bajado el tono -así se nota en su misiva al presidente del partido- y decidieran que acatarán la decisión tomada por Madero de quitarle la coordinación al ex secretario de Hacienda y señalaran: “Cerremos este capítulo” y “mantengamos abierto el diálogo”.
El panorama, pues, para Cordero, no es halagüeño; a menos que aproveche el impulso que le ha dado su confrontación con Madero, para conseguir la presidencia del partido en diciembre próximo, fecha prevista para el relevo de la dirigencia de Acción Nacional.
Pero para ello, Cordero tendría que sumar a su favor a los anticalderonistas y a quienes, sin serlo, tampoco están con Madero. Y eso significa dejar de pelearse a diestra y siniestra.
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CABEZA DE RATÓN.- Después del procurador general de la República (actualmente Jesús Murillo Karam), el cargo más importante en esa dependencia es el del subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo. Ese es el puesto que tenía hasta ayer Alfredo Castillo Cervantes, antes de ser designado titular de la Procuraduría Federal del Consumidor.
En sus manos estaban casos de primerísima importancia. Citemos sólo dos: el de Elba Esther Gordillo y el de Pemex. Tal era la magnitud de su encargo. ¿Qué pasó para que dejara la subprocuraduría y lo mandaran a Profeco?
Algunas versiones apuntan a que Castillo (quien fue procurador en el Estado de México) no logró una buena relación con Murillo Karam. Incluso “desapareció” del panorama informativo desde aquellos casos tan sonados. Y la Profeco no parece ser una promoción, aunque algunos digan que es preferible ser cabeza de ratón que cola de león.
A cargo de la subprocuraduría se quedó Martín Godoy. Pero es sólo por el momento. Toca al Presidente de la República designar a quien acompañará en adelante a Murillo como segundo de a bordo.
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GEMAS: Obsequio del ex presidente del PAN, Manuel Espino: “Madero quiere quitarse al calderonismo de encima”.
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