¿Y quién le está metiendo creatividad a la estrategia de posicionamiento de la marca México en el mundo –si es que ésta existe-?

 

En los gobiernos panistas fueron firmas de marketing extranjeras las que cobraron millones y millones de dólares para hacer esa labor. La de fortalecer la imagen de nuestro país ante los ojos del mundo.

 

Los resultados de esas firmas especialistas en comunicación saltan a la vista: México jamás había tenido tan mala percepción ante la opinión pública internacional.

 

Pero ahora ¿qué está haciendo la “nueva” clase política que ha tomado las riendas del país en aras de reconstruir la reputación de México-País?

 

Más allá de hacer gestión de cabildeo político para lograr los consensos  necesarios para concretar reformas como la financiera y telecomunicaciones, y próximamente la educativa y fiscal, está activando esfuerzos para comunicar la solidez macroeconómica de México y las grandes oportunidades que el país ofrece a inversionistas en distintos sectores. Eso es cierto.

 

Pero ¿y la prometida paz social? ¿Y Los liderazgos que deberían anteponer el derecho de la mayoría al capricho y al amague de minorías que bloquean carreteras y destruyen propiedad pública y privada? ¿Y las autoridades que deberían perseguir y castigar la corrupción y el soborno? ¿Dónde está todo eso?

 

La suma de lo anterior: los alcances reales de las reformas realizadas y la falta de un liderazgo que verdaderamente haga diferencia cualitativa en el orden social y en la certidumbre jurídica para ciudadanos y empresarios, ha hecho que diversos analistas financieros reduzcan su optimismo en cuanto al desarrollo del país para el futuro próximo.

 

Si no es una balacera, violencia contra extranjeros, terrorismo del crimen organizado, accidentes viales que acaban con la vida de un italiano que tiene los ojos del mundo encima o el desarrollo de una póliza de seguro contra riesgos de seguridad en México, entonces es la pérdida de optimismo por parte de analistas financieros tan influyentes en la opinión de la gente de negocios.

 

En suma, si no es un tema de nota roja es uno político u otro social los que perjudican aún más la ya sumamente vapuleada reputación de México en el mundo.

 

Ante esta especie de maldición nacional, ¿quién está ocupándose del tema de imagen nacional en un país que dice fomentar la innovación? ProMéxico, la clase diplomática, entre otras instancias públicas y privadas, hacen esfuerzos que en rigor sólo le dan continuidad a lo que ya ha probado no ser lo más eficiente para recomponer la imagen del país.

 

¿Dónde está pues el ejercicio innovador por parte de instancias públicas y privadas para devolverle a México prestigio internacional?

 

Me parece que debemos poner en blanco y negro las necesidades sociales más importantes que tiene México para mostrarlas con creatividad al mundo de los inversionistas nacionales y extranjeros. Hacerles notar con ingenio las oportunidades de negocio que existen para ellos al asociarse con emprendedores mexicanos que ofrecen soluciones con impacto social.

 

Ya no más ferias, expos, viajes de comisiones especiales de promoción internacional.  Pasemos de esos lugares comunes de la promoción del siglo pasado a acciones innovadoras que se conviertan en un auténtico llamado a la acción.

 

El gobierno tiene en su mano la materia prima: el ingenio mexicano y el compromiso de la iniciativa privada para reconstruir la imagen de México-País para detonar nuevas y mejores oportunidades para la inversión y la dinamización de negocios en diversos sectores clave para la economía.

 

¿Dónde está la innovación en el marketing de México?

 

jc@r101ck.mx | @jcmrock101