La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló este jueves que mediante una operación irregular fueron sustraídas de Arabia Saudita las muestras del primer paciente infectado por el nuevo coronavirus, sobre el cual el nivel de preocupación es “muy alto” debido a su potencial de propagación.
El ministro de Salud de Arabia Saudita, Ziad Memish, admitió que las muestras fueron sacadas de su país sin informar a las autoridades competentes y entregadas a un laboratorio privado, que las patentó. La directora de la OMS, Margaret Chan, confirmó que junto con las autoridades saudíes se estudian ya las implicaciones legales del caso.
En Ginebra, Suiza, donde se lleva a cabo la Asamblea Mundial de la Salud organizada por la OMS, la agencia EFE dio a conocer que fuentes que pidieron el anonimato confirmaron que el virus fue sacado de Arabia Saudita por el doctor que trató al primer paciente infectado y lo mandó al exterior.
El receptor fue el Centro Médico de Rotterdam (Holanda), una institución privada que no sólo lo recibió, sino que lo patentó, y todo indica que incluso ya lo ha vendido a compañías farmacéuticas que por ahora nadie ha nombrado.
Al respecto, el ministro de Salud de Arabia Saudita, Ziad Memish señaló: “Nosotros (el Ministerio) supimos del virus tres meses después de que ocurriera el primer caso, esto ha retrasado los test para determinar si alguien está infectado o no y evita la colaboración internacional en la investigación”.
Consultado sobre el tema, Keiji Fukuda restó importancia al asunto y reiteró una y otra vez, ante las insistentes preguntas de los periodistas, que el organismo está centrado en conocer el virus, no qué pasó con una muestra específica.
La postura de Fukuda contrastó con la opinión de Margaret Chan, quien salió en defensa del sistema de intercambio de virus de la gripe, creado a partir de la creciente amenaza que éstos han representado en los últimos años.
La funcionaria demandó a los países aplicar las regulaciones de intercambio. “Todos ustedes -dijo dirigiéndose a los países- tienen que evitar que privados obtengan unas muestras que son claves para salvar vidas”.
DISCORDIA Y MERCADO NEGRO
El caso de tráfico de la muestra del paciente “cero” en Arabia Saudita ocurre a dos años de la adopción por parte de los países miembros de la OMS del Marco de Preparación para una Gripe Pandémica (el 24 de mayo de 2011 en la 64 asamblea del organismo), que plantea el intercambio de virus, como el paso más relevante en la estrategia.
Este marco regulatorio se acordó luego de los incidentes de tráfico de muestras registrados en los primeros años de este siglo tras la reaparición en 2033 del virus H5N1 en el Sudeste asiático, donde devastó las granjas de aves de corral y dejó más de 100 muertes sólo en Indonesia.
En aquellos años se dio a conocer que alguno de los laboratorios “autorizados” por la OMS para trabajar en la búsqueda de la vacuna distribuyó de manera irregular las muestras que había recibido bajo el compromiso de que los virus no sería distribuido sin el permiso del país que envió la muestra original: Indonesia.
Una compañía farmacéutica privada apareció en Yakarta, la capital de Indonesia, intentando vender dosis de la vacuna a 20 dólares la unidad. En respuesta, el gobierno de ese país suspendió el envío de muestras del H5N1 a los centros de investigación, hasta obtener garantías de que se respetaban lo que, a su juicio, eran acuerdos vigentes con la OMS.
Aunque Indonesia reanudó en 2008 el envío de muestras, tras habérsele asegurado que tendría “acceso fácil y barato” a vacunas, el episodio motivó reacciones de gobiernos, principalmente de países en vías de desarrollo que derivado de sus muestras buscaban asegurarse frente a los más ricos y los fabricantes de fármacos el acceso a vacunas.
Por varios años, la OMS mantuvo conversaciones en busca de un acuerdo sobre el nuevo sistema para compartir las muestras del virus.
México no se mantuvo al margen de la discusión. En 2011, previo a la adopción del acuerdo, el entonces secretario de Salud de México, José Ángel Córdova, urgió a la OMS a concluir la negociación del marco para el intercambio de virus gripales y acceso a beneficios.
En enero de ese año, durante un encuentro en la sede de la OMS, el funcionario reclamó que México, en un acto de generosidad regaló al mundo la cepa del virus de influenza H1N1 para la elaboración de la vacuna, y “luego tuvimos que hacer fila para que nos tocara (la misma vacuna)”.
El acto de regalar el virus es algo que no todos los países han hecho, dijo al recordar que años antes Indonesia, con el H5N1, se negó a compartir el virus.
En la actualidad, los centros de investigación asociados con la OMS operan en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos que ya cuentan con muestras del coronavirus y están intentando desentrañarlo para, posteriormente, tratar de buscar un tratamiento. No obstante, tal como reconoció la OMS, el incidente con la primera muestra ha retrasado los trabajos de investigación.
YA TIENE NOMBRE Y ES ALTAMENTE PELIGROSO
Un comité internacional de expertos en virus acordó denominar a esta nueva cepa como Síndrome Respiratorio Coronavirus de Oriente Medio (MERS-CoV).
Según reconoció el director general adjunto para la Salud, Seguridad y Medio Ambiente de la OMS, Keiji Fukuda, “el nivel de preocupación sobre el potencial de este virus es muy alto” debido a su capacidad para transmitirse y expandirse.
Con los dos casos confirmados el miércoles en Túnez, suman ocho los países donde se han reportado infecciones: Arabia Saudita, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes, Reino Unido, Alemania y Francia. Según el último reporte, existen 44 casos confirmados, de los cuales la mitad han fallecido.
El primer caso surgió por primera vez en la primavera boreal de 2012, en Arabia Saudita, pero los casos detectados en Europa corresponden a personas que habían viajado a Oriente Medio o que estuvieron en contacto con gente que había estado en esa zona.
Fukuda explicó que algunas de las claves sin resolver son la dispersión geográfica del virus, cuáles son las causas principales y las condiciones para infectarse, además del grado de transmisión entre las personas.
“Estamos ante una situación urgente y compleja”, dijo. “No sabemos dónde y cómo los pacientes se infectaron. No sabemos cuál es la condición para la transmisión. A qué distancia debe estar el contacto para que exista la infección”, explicó el experto.
El nuevo coronavirus pertenece a la familia del virus causante del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), que en 2003 se propagó en China y el Sureste asiático, el cual dejó un saldo de ocho mil infectados y cerca de 800 muertos.
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