El presidente de Ecuador, Rafael Correa, insistió en la necesidad de ahondar en el proceso de unidad latinoamericana al tiempo que criticó el actual orden mundial, al que tildó de “injusto e inmoral”.
“El orden mundial no solo es injusto, es inmoral; los dobles estándares cunden por doquier; y se quiere sostener hasta las más aberrantes irracionalidades, todo en función del capital”, dijo Correa en su discurso tras jurar su nuevo período como jefe de Estado hasta 2017.
Correa juró el cargo por tercera vez tras lograr la reelección en febrero pasado con el 57,1 % de los votos válidos frente a candidatos como Guillermo Lasso, con el 22,68 % y el expresidente Lucio Gutiérrez, con el 6,73 %, mientras que otros cinco aspirantes lograron porcentajes que no superaron el 4 %.
Correa aseguró que no pretenden cambiar esa situación desde Ecuador o desde “nuestra América”, pues “probablemente la cambiarán los ciudadanos indignados del primer mundo”.
“Pero, dijo, al menos debemos defender a nuestros pueblos de estos poderes, evitar que nuestras democracias sean restringidas o abiertamente ficticias y mantener nuestras soberanías”.
Por ello, dijo, la “Patria Grande”, ya no es sólo un ideal de los libertadores de la región sino “una necesidad de supervivencia, un escudo contra la explotación, el neocolonialismo”.
En su opinión, desunida, la región seguirá siendo tratada “como el patio trasero” y “será el capital trasnacional” el que “imponga las condiciones”.
“Juntos, seremos nosotros los que le pongamos las condiciones en función y en beneficio de nuestros pueblos”, apuntó ante cientos de asistentes a la ceremonia, entre ellos seis presidentes latinoamericanos.
Criticó el neocolonialismo, apuntó que las Malvinas “no son solamente argentinas, son latinoamericanas” y se congratuló por la existencia de organismos como la Unión de Naciones Suramericanas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Desde esas instancias se pueden desarrollar acciones para evitar los “abusos del capital transnacional”, con la creación de instancias propias para resolver controversias en materia de inversiones; con una nueva arquitectura financiera regional y con la armonización de políticas salariales, entre otros, dijo.
Subrayó que Ecuador “no está dispuesto a ser colonia de nadie” y defendió su decisión de ampliar sus relaciones internacionales.
“A no dudarlo, nuestra amistad con el Gobierno de Irán está pasando factura, amistad que la ratificaremos una y mil veces, por el cariño al noble pueblo persa y porque este Ecuador soberano no le va a pedir permiso a nadie para establecer relaciones bilaterales con los países que quiera”, indicó.
Correa respaldó la “integridad” de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, junto a su fallecido esposo, el expresidente Néstor Kirchner y al difunto mandatario venezolano Hugo Chávez.
“Podrán haber partido físicamente, pero quedan millones de Kirchners, Chávez, para continuar con el sueño de la Patria Grande unida, justa, libre, digna”, dijo.
Correa, que mantiene un pulso con ciertos medios de comunicación desde el inicio de su mandato, apuntó que defiende “la libertad de expresión de todos los ecuatorianos y no solamente de los grupos de poder”.
En lo político, dio la “bienvenida” a la oposición democrática, y pidió unidad a la Asamblea Nacional, donde el movimiento oficialista Alianza País tiene mayoría absoluta, pues, en su opinión, hay “un ataque impresionante contra los gobiernos progresistas”.
En temas económicos habló del crecimiento de la economía y anotó que la “gran oportunidad” para un desarrollo con soberanía es un uso responsable de los recursos naturales no renovables.
Pidió un “pronunciamiento claro” de la izquierda latinoamericana y mundial, sobre el aprovechamiento de los recursos naturales y el consentimiento previo a las extracciones de los mismos, pues hay ciertos grupos que no pretenden la “consulta”, como defiende el Gobierno de Ecuador, sino el “consentimiento” previo.
Aunque destacó que la de Ecuador es una de las economías “más dinámicas de América Latina” pues en su administración creció en promedio 4,3 %, mientras que la región lo hizo en un 3,5 %, comentó que aún falta mucho por hacer e insistió en la necesidad de un cambio cultural.
Se declaró convencido de que “la clave del éxito de una sociedad es la cultura de la excelencia, con talento humano, ciencia y tecnología, junto a una adecuada combinación de acción individual y de acción colectiva en base de un proyecto nacional”.
A la toma de posesión asistieron los presidentes Porfirio Lobo (Honduras), Evo Morales (Bolivia), Nicolás Maduro (Venezuela), Sebastián Piñera (Chile), Laura Chinchilla (Costa Rica), Danilo Medina (República Dominicana), Michel Martelly (Haití) y Juan Manuel Santos (Colombia) y el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.