Un cambio de nombre entre quienes ocuparían la mesa principal junto con Miguel Osorio Chong, Miguel Ángel Mancera, Gustavo Madero, Jesús Zambrano, César Camacho, Arturo Escobar y Aurelio Nuño, fue más que significativo.
Originalmente estaba rotulado uno de los ocho lugares de la mesa central para Felipe Solís Acero, subsecretario de Enlace Legislativo y Acuerdos Políticos de la Secretaría de Gobernación. Pero unos minutos antes de que iniciara la instalación de la Mesa de la Reforma Político Electoral, su nombre fue cambiado por el de Jorge Luis Preciado, el nuevo coordinador de la bancada panista en el Senado.
Todo un mensaje político para Ernesto Cordero (el destituido coordinador blanquiazul) y para quienes tres horas antes, a una cuadra de distancia (en la vieja sede del Senado en Xicoténcatl), presentaron la “ruta crítica” de su propia reforma política.
Vaya que el escenario del templete era todo un mensaje, porque el jefe del grupo perredista, Miguel Barbosa (quien junto con Cordero, Roberto Gil y Manuel Camacho presentó “la otra” reforma política momentos antes) fue relegado a la segunda fila cuando también apareció tan campante en este evento.
¿Qué mensajes se enviaban? Situar a Preciado en lugar principal -al lado de Madero- implicaba, por un lado, un espaldarazo a Madero y al nuevo coordinador de los blanquiazules, vis a vis de Cordero. Por otro, Madero mostraba su apoyo a su nuevo coordinador y fijaba el espacio por el cual caminaría (si le hacen caso los legisladores panistas) Acción Nacional respecto de las reformas políticas. Es decir, la del Pacto.
Y el hecho de enviar a Barbosa a la segunda fila (Emilio Gamboa no asistió), mientras Preciado aparecía en la mesa principal, pues era leído cuando menos como un “cocolazo” para el del sol azteca por agarrar su propio camino y andar promoviendo junto con Cordero su propia reforma política cuando en el Pacto se va a trabajar la propia.
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SE DAN DE PIQUETES.- ¿Será por las elecciones de julio? ¿Será la rebelión en el Senado? A saber. El hecho es que ayer, en el Palacio de Minería, hasta los presidentes del PAN, del PRD y del PRI se dieron sus piquetes.
Madero reclamó el control que ejerce el PRI en 22 estados del país y mencionó como “focos rojos” el que congresos locales y gobiernos impidan las alianzas opositoras.
Zambrano acusó a su vez el feudalismo que se vive a nivel federal, donde los gobernadores -dijo- controlan los congresos locales y los órganos electorales; y pidió evitar el regreso del poder concentrado en una sola persona.
Camacho respondió a ambos con esta frase: “Que nadie describa un estado de cosas inexistente para justificar su ineficiencia política”.
Ante este intercambio, el secretario de Gobernación, apuntaría: “Así nos llevamos”. Y agregaría, luego de las pullas, “nomás imagínense lo complejo que ha sido construir acuerdos…”
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¿BLOQUE OPOSITOR?- Aun cuando en número llevan las de perder, Cordero, Barbosa, Gil y (Manuel) Camacho estaban contentos con su propuesta de reforma política. Para ellos ya era un triunfo su agenda de 30 puntos y seguir ahora con los “cómo” implementarlos (concluirán el 2 de julio), mientras en el Pacto apenas van por los “qué”.
Además, aseguraban, habían provocado que en el Pacto fueran más allá de lo que pensaban incluir en la reforma política, porque ahora se encontraban en una posición difícil: Si estiran mucho la liga, tampoco su reforma política pasa pues a ellos solos tampoco les alcanzan los números para una reforma constitucional.
En pocas palabras, los “rebeldes” podrían convertirse en un bloque opositor.
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GEMAS: Obsequio de Jesús Zambrano: “El Pacto por México no riñe con el Congreso”.