La organización Human Rights Watch (HRW) demandó hoy poner freno al uso de armas autónomas letales conocidas como “robots asesinos”  o drones, los cuales pueden seleccionar y atacar objetivos sin ninguna intervención humana adicional.

 

“Es posible detener el avance del armamento totalmente autónomo antes de que se transgredan límites morales y legales, pero sólo si empezamos a trazar la línea ahora”, afirmó en rueda de prensa en Ginebra el director de armas de HRW, Steve Goose.

 

Por primera vez, el próximo jueves debatirán ante el Consejo de Derechos Humanos el informe del relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Cristoph Heyns, sobre esas armas autónomas y los desafíos que plantean los llamados “robots de combate”.

 

Goose, quien también es fundador de la campaña para detener los robots asesinos, señaló que “el texto de la Naciones Unidas establece de forma clara que es necesario poner límites a las armas totalmente autónomas, o los civiles pagarán las consecuencias en el futuro”.

 

“Estados Unidos y todos los demás países deberían apoyar la petición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para detener cualquier plan de robots asesinos”, llamó Goose.

 

“De lo contrario los civiles sufrirán las consecuencias en el futuro”, advirtió.

 

Tras el debate, el Consejo decidirá cómo actuar ante las recomendaciones incluidas en el informe, entre las que figuran la moratoria inmediata de ese tipo de armas y trabajar en un acuerdo internacional en esta materia.

 

Durante la última década, el uso progresivo de vehículos armados no tripulados o teledirigidos (drones) ha modificado de manera radical los métodos de combate y ha generado nuevos desafíos humanitarios y jurídicos, observó Human Rights Watch.

 

El informe de la ONU reconoce que “aún no existen sistemas robóticos con capacidad plena para el ataque”, a pesar de la falta de transparencia en la investigación y el desarrollo de estas armas.

 

El informe de la ONU enumera varios sistemas robóticos, con distintos grados de autonomía y potencial letal, que son usados por Estados Unidos, Israel, Corea del Sur y Reino Unido.

 

Otras naciones cuyas fuerzas militares cuentan con equipamiento de última generación, entre ellas China y Rusia, también estarían implementando sistemas que podrían dotar de plena autonomía a la maquinaria utilizada en combates.