En una declaración histórica ante la prensa los portavoces nacionales de las dos pandillas más poderosas de Honduras, Barrio 18 y Mara Salvatrucha, ofrecieron el martes una tregua y un cese de la violencia, pidieron perdón a la sociedad y el gobierno por el daño causado y llamaron a las autoridades a abrir un diálogo para la pacificación del país a cambio de un espacio de rehabilitación y trabajo para sus miembros.
“Ofrecemos cero violencia en las calles, cero crímenes, éste es sólo un primer paso y lo vamos a demostrar con los hechos”, sostuvo un integrante de Mara Salvatrucha que dijo llamarse Marco y habló en representación de los miembros de su organización tanto en el interior de los penales como en las calles.
El pandillero añadió “nuestra tregua es con dios, con la sociedad y con las autoridades. Pedimos perdón, le pedimos perdón a la sociedad y a las autoridades por el daño que les hemos hecho” y propuso “jalemos todos por un mismo lado, tendemos la mano, queremos trabajar para darle ejemplo a nuestros hijos y nuestras familias”.
El portavoz explicó que la vigencia de la tregua es inmediata y abarca todo el territorio de Honduras. “Hablo en nombre de toda nuestra organización, en el interior de los penales y en las calles de todo el país, todos los muchachos saben a partir de hoy lo que tienen que hacer”.
Respecto de las extorsiones que su organización cobra a pequeños empresarios, transportistas y ciudadanos, el portavoz dijo que “no hablemos aún de extorsiones, vayamos paso a paso, primero cero crimen y cero violencia, y para detener la violencia que perjudica a los seres humanos empecemos a hablar de encontrar la manera de desenvolvernos”.
El portavoz de Mara Salvatrucha también explicó que se detendría el reclutamiento de nuevos miembros para su organización. “No vamos a permitir que nadie ingrese en nuestra organización aunque quiera hacerlo” explicó. “Yo tuve la mala suerte de acabar en esto y no se lo deseo a los niños”, afirmó.
“Queremos una oportunidad de ser útiles a la sociedad y a nosotros mismos. Lo hacemos por nuestras familias”, dijo. “Quiero que mi hijo sea doctor o camarógrafo y no pandillero”, añadió el portavoz de Mara Salvatrucha en un discurso repleto de referencias a la ausencia de trabajo y la falta de oportunidades con las que dicen haberse encontrado.
Agregó que “en nuestros barrios están los jóvenes que se introducen a este tipo de vida y para ellos no pedimos más que trabajo para conciliar el dinero que ganamos con el sudor de nuestra frente, queremos que el gobierno nos ayude a que nuestros jóvenes aprendan un oficio para que no sean como nosotros, que no tuvimos oportunidades y tuvimos que agarrar el lado más caro”.
Con una tasa de 85.5 homicidios por cada 100 mil habitantes, Honduras es considerada la nación más peligrosa del mundo sin conflicto bélico. Eso significa que alrededor de 20 personas mueren violentamente cada día.
Los pandilleros designaron como mediadores con el gobierno al obispo auxiliar de San Pedro Sula Rómulo Emiliani y al embajador Adam Blackwell, secretario de Seguridad Multilateral de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Emiliani, que calificó la jornada de “histórica para Honduras”, afirmó que “los pandilleros han prometido cero crímenes y cero violencia, pero ellos no son los únicos responsables de la violencia que hay en el país. Ahora es el turno del gobierno, el proceso ha empezado, ahora ellos deben hablar”.
El portavoz de Mara Salvatrucha enfatizó que “somos personas y una organización con disciplina y lo que decimos es lo que se va a cumplir. Hemos dado el primer paso, a partir de hoy las cosas serán diferentes”.
Los pandilleros dieron dos ruedas de prensa diferentes en el interior de sus respectivas celdas colectivas. Pocos minutos después, un portavoz de Barrio 18 con la cara tapada por un pañuelo y que rehusó identificarse ante la prensa se sumó al proceso acompañado de varios miembros de su organización.
“Se trata de una tregua con la sociedad. Muchos inocentes han sido afectados por la violencia y ofrecemos lo mismo que el otro grupo… Todos estamos dispuestos. Damos nuestra palabra de reducir el índice de violencia a partir de hoy mismo, cero violencia para reintegrarnos a la sociedad como padres y seres humanos”, dijo el miembro de Barrio 18, que sólo puso una condición para el diálogo “que la policía deje de matarnos”.
“Hemos cometido errores, he cometido maltratos y nos han maltratado a nosotros, queremos un cambio que detenga esta dinámica en la sociedad”, dijo el miembro de Barrio 18 que también ahondó en la falta de oportunidades. “Han sido la falta de ingresos y trabajo lo que nos empujó a llevar esta mala vida” agregó.
Barrio 18 a través de su portavoz insistió que “nuestras familias pagan por nuestros errores, nuestros hijos son discriminados, nuestras mujeres maltratadas, se nos persigue y en vez de detenernos, la policía nos ejecuta”.
El miembro de Barrio 18 explicó que “el diálogo es con el gobierno, nosotros vamos a respetar al otro grupo (Mara Salvatrucha) y ellos van a respetarnos a nosotros, vamos a respetar los territorios y van a darse buenos resultados”.
Agregó respecto de los plazos que se abren a partir del martes que no van “a marcar el tiempo. Sabemos que el gobierno hace lo que puede con los medios que tiene. Esperemos, esperemos que actúen de buen corazón”.
El lunes el presidente Porfirio Lobo declaró que va “a poner a disposición (del obispo Emiliani) todo lo que necesite. En nombre de Honduras tengamos fe en la iniciativa” porque “todo lo que sea una alternativa a la violencia hay que buscarlo” y “la voluntad por parte del gobierno está expresada, estamos abiertos a cualquier proceso que disminuya la violencia”.
El secretario Blackwell ha jugado un rol muy activo como negociador en una tregua similar entre Barrio 18 y Mara Salvatrucha en el vecino El Salvador que desde marzo de 2012 ha reducido el índice de homicidios a la mitad.
“Yo utilizo el término proceso de paz para definir lo que está sucediendo en El Salvador y ahora aquí. La violencia en Centroamérica tiene los mismos niveles que países en guerra y en el caso de Honduras se trata del país con mayor índice de homicidios del mundo. Hay que comenzar a construir la confianza desde algún lugar y será la propia comunidad, la calle, la que nos dirá rápidamente si esto funciona o no, si se sienten mejor, eso podremos verlo todos”, dijo Blackwell.
Blackwell quiso ser optimista sobre la tregua de las pandillas en Honduras. “Si hace 14 meses en El Salvador alguien nos hubiese dicho que esto iba a funcionar, nadie lo hubiera creído”.
“Salgo ahora mismo hacia Tegucigalpa para hablar con el presidente Porfirio Lobo y con el ministro de Seguridad Arturo de Corrales”, afirmó Blackwell a la salida de la celda colectiva de Barrio 18.
Aparentemente no hay condicionantes para la tregua pero Blackwell hizo hincapié en la situación carcelaria de los pandilleros.
“Hay que empezar a trabajar desde hoy mismo con mucha perseverancia en mejorar el sistema carcelario de Honduras, absolutamente colapsado y en posibilidades de reinserción para estas personas, que han cometido crímenes horribles pero en las que tenemos que depositar fe si queremos la paz”, dijo Blackwell.