Con trayectos de hasta seis horas en transporte público o cuatro horas en automóvil México se ubica como uno de los países más rezagados en términos de movilidad. Esta situación es alarmante e inaceptable en términos de calidad de vida internacional, advierte el especialista, Víctor Márquez.
Para el director del Diplomado Internacional de Movilidad, a realizarse en la Universidad Iberoamericana a partir de este mes, “para mejorar la calidad de vida de las personas es necesario hacer que sus recorridos sean más cortos y que prefieran utilizar el transporte público a los automóviles.
“Existe una relación proporcional entre una ciudad que tienen niveles de ingresos muy altos y cuyos habitantes utilizan el transporte público, como los países nórdicos, donde su clase media utiliza muy poco el automóvil. Hay que romper este paradigma de países como el nuestro de que sólo los pobres usan el transporte público”, dijo el experto.
De acuerdo con la Encuesta de Origen y Destino del INEGI, 49% de los habitantes de la capital del país pierden más de dos horas al día en el transporte público.
El también integrante del Consejo de Desarrollo Urbano del Gobierno del DF, plante que uno de los principales retos es mejorar la experiencia en el transporte colectivo, pero también la proximidad.
Y es que en ciudades como el DF, Guadalajara, Monterrey y otras, la gente tiene que trasladarse lejos para tener esparcimiento. Uno de los graves errores en el urbanismo fue dejar crecer espacios enormes de vivienda sin tener una mezcla adecuada de servicios públicos.
Frente a ello, debe considerarse la redensificación de las ciudades, con una mejor dotación de espacios de calidad de vida más cerca de donde viven las personas.
LA DISPUTA POR LA VÍA PÚBLICA
En las avenidas de las grandes ciudades mexicanas es común ver automóviles, transporte público, ciclistas y peatones peleando por ganar el paso, los últimos con la mayor desventaja.
De acuerdo con Márquez, en México se ha creado una “anti cultura del transporte”, donde el que más tiene se siente con más derechos sobre los demás: “Siempre hay quien intenta agredir al otro y ganarle el paso, todo mundo busca tener la prioridad en la vía”.
Para el experto, la única forma de cambiar esta cultura es a través de un sistema de orden y de restricción. “Una de las ciudades con el tránsito más ordenado en el mundo es la de Singapur. Ahí la gente debe cumplir con las reglas o es sancionada con fuertes cantidades, además el cuerpo policíaco es respetado porque no hay corrupción.
“Otra tendencia en el orden del tráfico es el tarifario. En Londres, por ejemplo, se cobra a quienes quieren entrar a ciertas calles para evitar las vías más transitadas”, contó Márquez.