Yahoo, por lo menos en México, es un portal al pasado. Me calienta inmediatamente las retinas su saturación de información y notas ligeras, que van de los mejores platillos (acompañada de una foto de un chile relleno y pollo con mole y ajonjolí) a los chismes de las celebridades. Ofrecen canales a diestra y siniestra, como horóscopos y chistes, y una de sus mayores ofertas gráficas tiene que ver con su presencia en Twitter. Qué lástima. De verdad siento que estoy viendo el monitor de mi primera computadora de escritorio cuando entro a ese lugar.

 

Seguramente Yahoo no ha desaparecido en este país gracias a las cuentas de correo electrónico que algunos guardan, tal vez porque les da flojera trasladar sus fotos o archivos a un nuevo mail. O la marca continúa siendo tan fuerte que los nuevos usuarios de la red en países pobres la consultan por inercia.

 

Hace unos años esta empresa generó un gran revuelo entre los medios tradicionales, principalmente en Estados Unidos. Comenzaron a contratar a los mejores editores y reporteros, de revistas exitosas y blogs, para crear un nuevo medio de comunicación basado en la calidad de los contenidos.

 

Querían comprar con dinero, por ejemplo, el impacto que tenían algunas publicaciones entre las amas de casa o los blogs que daban consejos de belleza. Era como atraer con poder económico el rating que otras pequeñas marcas habían ganado con fórmulas innovadoras.

 

Yahoo México, mientras tanto, luce igual que siempre. Ni contenido, ni diseño, ni tecnología. Se nota igual. Aburrido, viejo, light. Y en EU, a pesar de que es una fuente de noticias muy consultada, no le ha ido tan bien.

 

Hace tiempo hubo ofertas, de grandes empresas como Microsoft, que querían hacerse del control de la marca antes de que fuera demasiado tarde. Sus principales accionistas rechazaron los cheques, pero en este caso, a diferencia de lo que sucedió con Mark Zuckerberg y Facebook, el final no fue feliz.

 

A finales del año pasado, Yahoo se quedó sin cabeza. Sin control. Sin dirección. Y sigue perdiendo dinero y atractivo, minuto a minuto. Nada que ofrecer, en un negocio que Twitter, Facebook y Google a grandes mordidas se comen, sin importar los apellidos tradicionales.

 

Seguramente me hablarán los representantes de relaciones públicas de la empresa para decirme que estoy equivocado, que mi percepción de Yahoo es errónea. Están en su derecho. Pueden asegurar que ellos son la mejor compañía del planeta y que siguen creciendo aceleradamente en México, y que cada producto que ponen en red es un gran imán de anunciantes.

 

Lo siento, no me gusta lo que hacen, y pienso que están muy cerca de una crisis mayor, como le sucedió a Starmedia con Fernando Espuelas y luego con los nuevos directivos que incluso convirtieron ese lugar emblemático en un portal para adultos (tal vez con la también vieja idea de que el sexo vende).

 

Habrá que ver qué hace Scott Thompson, quien ayer fue anunciado como CEO de Yahoo, inmediatamente, lo que implicó también su inmediata renuncia como director general de PayPal, el sistema de cobros y pagos propiedad de eBay, el gigantesco mercado en línea.

 

La gran pregunta es: ¿crean tecnología y tendencias en la red o son un medio de comunicación?

 

Ambas, responde el nuevo líder de Yahoo.

 

Y vuelve a dejar todo tal y como cuando llegó.

 

hiroshi.takahashi@24-horas.mx | @takaink