Twitter es el ágora donde todos hablamos al mismo tiempo sobre temas importantes o personales, pero ¿quién lo usa como un baño público para desahogarse? En una parte de la misantropía se encuentra la luminosa llama de lograr la trascendencia de la mente humana, elevarla, o al menos eso proyectan las sombras del timeline de @trementyna, una historiadora que todos los días y a todo momento se cura de ese mal social llamado estupidez en cada update, aunque al final esa divertida sorna le cobre las facturas a la zona hepática de su cuenta. Es uno de los secretos mejor guardados del Twitter-México y de acuerdo con algunos, es mejor que se quede allí para evitar que la viralización pop la llene de ositos de peluche y arco iris matutinos que maten su inteligente rifle de francotiradora. No la sigan, no contribuyan con su destrucción, como ha ocurrido con tantas twitterstars.

 

  • Yo me puedo burlar de otras escuelas porque admito que filos parece una clínica rural del ISSSTE.

 

  • A mí no me gusta la lluvia, estoy aquí moqueando como tarada. Ustedes que lo ven “románico” pinches solos.

 

  • Por eso no regreso al psiquiatra, además que es caro y me da güeva estar aguantando sus críticas.

 

  • Yo estoy resignada, soy una mujer de talla grande pero con buenos genes. *Come tacos*