El hombre que fue de todas las confianzas del gobernador Andrés Granier puede convertirse ahora en su verdugo. La detención de José Manuel Saiz, realizada con la colaboración de Estados Unidos, es la coronación de la investigación que armaron conjuntamente la PGR y la Procuraduría de Justicia de Tabasco, y que muy pronto, en cuestión de un par de semanas, podría concluir con la detención del ex mandatario, quien, según fuentes cercanas a las indagatorias, está ubicado y localizado en territorio de los Estados Unidos.
Es muy probable que Saiz, una vez en manos de la justicia, declare buena parte de lo que sabe sobre los desvíos millonarios en Tabasco y termine por negociar a su favor a cambio de dar información que aporte la prueba contundente que falta en contra de Granier y que daría pie a su consignación que podría darse también con la colaboración estadunidense.
El caso Granier pasó de ser una investigación local para convertirse en un caso jurídico-político nacional. La coyuntura electoral en varios estados, la imagen del gobierno de Enrique Peña Nieto y del PRI, combinado con las escandalosas evidencias y filtraciones que han rodeado a las denuncias contra el ex mandatario tabasqueño, hicieron de éste un caso emblemático de corrupción que tocó las más altas esferas de la política nacional.
El aparato político y de justicia a nivel federal han sido echados a andar para apoyar el próximo encarcelamiento y juicio de Granier. Por un lado, la PGR y otras agencias federales están metidas a fondo en el caso -por decisión política parece haberse optado por procesar en el nivel estatal- como ya se demostró en la detención del ex tesorero de Tabasco; y a nivel político el sistema ha comenzado el proceso de aislamiento y condena pública del ex gobernador priista.
Las declaraciones de César Camacho, líder del PRI, sobre el “lastre” que significa para su partido la figura de Granier y el anuncio de que el dirigente está a favor de su expulsión de las filas priistas, no fue sino la confirmación de que el caso tabasqueño ya causó un impacto en la imagen de Los Pinos desde donde se ordenó acelerar ya el proceso de enjuiciamiento jurídico y político del ex gobernador, cuya corrupción escandalosa empaña la imagen de los nuevos estilos y la “renovación priista” que impulsan desde la casa presidencial.
Por eso es que José Manuel Saiz se convierte en la pieza clave para terminar de amarrar el proceso contra el hombre que le dio toda su confianza. Hace no mucho, el gobernador tabasqueño, Arturo Núñez, autor de las primeras denuncias del presunto desfalco a la entidad, decía a sus colaboradores en confianza que a pesar de las evidencias y las investigaciones, tanto de la PGJE como de la PGR “aún falta la prueba clara y contundente contra Granier”. Es casi seguro que con el ex tesorero declarando a partir de ayer ante el Ministerio Público local esa “prueba reina” que les faltaba tanto a la investigación federal como local llegue pronto y que el siguiente paso sea la imagen de Granier probablemente detenido en Estados Unidos y enviado de inmediato a México, quizás antes de los comicios del mes próximo en varios estados.
NOTAS INDISCRETAS… La enorme presión que se desató contra el GDF y en particular contra la Procuraduría, hizo que misteriosamente aparecieran los videos donde se ve cómo fueron secuestrados al menos ocho de los 12 jóvenes desaparecidos en el antro de la Zona Rosa. El caso parece próximo a concluirse y todo indica que la hipótesis del ajuste de cuentas entre bandas dedicadas al narcomenudeo en la ciudad terminará siendo la versión oficial. El problema es que si ya esos grupos, que Miguel Ángel Mancera insiste en decir que no son “cárteles” de droga ni operan con ellos, actúan de esa manera tan atrevida e impune en sus vendettas, entonces el problema del narcotráfico en el DF ya no es sólo el narcomenudeo, si tomamos en cuenta las denuncias de comerciantes establecidos en el Centro Histórico y de restauranteros de la Condesa que dicen están siendo extorsionados… Los dados arrancan semana. Serpiente. Mala señal.