La imagen de Andrés Granier  en el equipo de Felipe Calderón era inmejorable.

 

Simpático, agradable, popular…

 

-Nos llevaba a recorridos y nos mostraba sus proyectos. Se le veía pasión, entrega, vocación de servicio –refieren miembros del gabinete de entonces.

 

Si su señalamiento dejara dudas, vaya otra de 2008:

 

El crimen corría por Tabasco y tocó a las puertas de su familia, como narró ayer Granier a Carlos Loret de Mola.

 

La unidad donde vivía una de sus hijas –no precisó si Paulina o Mariana- fue baleada y la víctima fue el infortunado vigilante de la puerta general.

 

Simultáneamente se descubrió un plan para atentar contra su hijo Fabián.

 

Por esas fechas tomó la determinación de sacar a su familia del Edén perdido y, preferencia de empresarios y políticos mexicanos, optó por Estados Unidos.

 

Antes acudió con altos funcionarios del gobierno federal, quienes respaldaron su intención de disminuir la presión sobre su esposa e hijos.

 

 

ESCOLTAS PERSONALES DE MI GENERAL

 

 

Llegó hasta el secretario de la Defensa, Guillermo Galván Galván.

 

El divisionario se mostró generoso:

 

-Permítame enviarle a gente de mi confianza.

 

-Se lo agradezco, mi general.

 

Así llegaron a Tabasco escoltas personales del general Galván Galván.

 

Andrés Granier los canalizó a su esposa e hijos durante un tiempo, pues luego se fueron a otro país.

 

Felipe Calderón estuvo de acuerdo pues, amén de la solidaridad, la seguridad de un gobernador es asunto de Estado.

 

Todos en el gabinete hablaban bien de Granier cuando informaban de planes para Tabasco o visitas a esa entidad para supervisar obras y proyectos.

 

¿Cuándo se perdió esa imagen de Granier?

 

 

-TIENEN LA CONSIGNA DE PERSEGUIRME

 

 

Andrés Granier había cambiado hacia el final su mandato, recuerdan los calderonistas.

 

Aquel político dicharachero, jovial y práctico se había vuelto desconfiado, agrio y quejumbroso.

 

Hablaba de desafectos, incomprensiones e inclusive de inminentes persecuciones.

 

-Tienen la consigna de perseguirme a mí y a mis colaboradores-, dijo a un secretario de Estado en agosto de 2012, cuando había perdido el priista Jesús Alí ante el perredista Arturo Núñez.

 

Entonces ya planeaba huir.

 

-Alcanzaré a mi familia- decía él -para retirarme a la vida privada.

 

Perseguido, acusado, agobiado, Granier ha anunciado su decisión de regresar para enfrentar los cargos de la administración sucedánea a la suya.

 

Una decisión audaz, dicen algunos juristas y políticos, porque evita la humillación de ser detenido en el extranjero y deportado para ser presentado como trofeo del gobierno de Núñez.

 

Si cumple su palabra, regresará con un sentimiento adicional: el priismo no le perdona no haber apoyado a Alí.

 

 

LA PGR PERSEGUÍA A SAIZ DESDE MARZO

 

 

El 12 de marzo pasado publicamos en este espacio:

 

Tabasco: primera orden de aprehensión.

 

La noticia la recibió con agrado el gobernador Arturo Núñez en la PGR de Jesús Murillo Karam, pero aún faltaba de conocer el destino de recursos federales a Tabasco y no llegados a su destino.

 

-Es contra José Saiz Pineda-, le precisaron.

 

Desde entonces nada se sabía hasta el domingo, cuando la Procuraduría estatal de repente no le encontró elementos para la consignación y la PGR sí.

 

¿Anunció de la suerte de Andrés Granier?

 

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