WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró hoy que nada impide que pueda aprobarse una reforma migratoria “de sentido común” antes de que acabe el verano.

 

“No hay razones para que el Congreso no pueda hacer esto antes del fin del verano”, aseguró Obama en un discurso en la Casa Blanca, donde consideró que “no hay buenas razones” para que el debate que comienza hoy en el pleno del Senado no prospere.

 

“Mi administración ha hecho lo que ha podido por nuestra cuenta. El Congreso necesita actuar”, señaló Obama quien añadió que el proyecto de ley que hoy mismo comenzará a debatir el Senado “no es perfecto” pero ayudará a corregir el maltrecho sistema migratorio del país.

 

El mandatario consideró que el proyecto de ley bipartidista “no es perfecto”, sino que es “un compromiso” entre distintas posiciones, por lo que “de ahora en adelante, nadie va a conseguir todo lo que quiere en este debate; ni los republicanos, ni los demócratas”, ni él mismo, aseguró.

 

“En las próximas semanas, ustedes escucharán cómo algunos de los oponentes de la reforma migratoria tratan de inyectar miedo y crear divisiones, y difundir los mismos viejos rumores y mentiras que hemos escuchado otras veces”, afirmó.

 

Cuando eso ocurra, Obama pidió pensar en el nigeriano Tolu Olubunmi y el argentino Diego Sanchez, dos jóvenes indocumentados, conocidos como “Dreamers” en el país, que comparecieron hoy junto a él en la Casa Blanca.

 

Reconoció que el proceso marcado en la legislación “no será rápido”, ya que llevará “al menos 13 años hasta que la gran mayoría de estos individuos puedan solicitar siquiera la ciudadanía”.

 

“Pero esta es la única manera en que podemos asegurarnos que todos los que están aquí están respetando las mismas reglas que las familias ordinarias, pagando impuestos y consiguiendo su propios seguros de salud”, justificó, y señaló que no debe haber una “garantía”, sino una “oportunidad” de lograr la ciudadanía.

 

Obama habló también de las ventajas económicas de la ley, en un país donde “uno de cada cuatro nuevos propietarios de pequeños negocios son inmigrantes”.

 

Recordó además que su administración ha “hecho de la seguridad en la frontera una prioridad”, al duplicar el número de agentes fronterizos respecto a 2004 y marcar un récord en las “deportaciones de criminales”.