La vinculación entre las fuentes generadoras de nuevos conocimientos –universidades y centros de investigación, públicos y privados– y las unidades productivas de la industria y las empresas es en México una de tantas articulaciones que todavía esperan convertirse en una realidad efectiva.

 

En el marco del Foro Franco Mexicano para la Investigación y la Innovación, en el salón Morelos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la doctora Gabriela Dutrénit, titular del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, presentó la conferencia: “Canales y beneficios de la Vinculación entre Investigadores y Empresas”, en la cual describió el estado que guarda la vinculación en nuestro país.

 

Parte destacada de esa presentación son las distintas motivaciones, enfoques y canales preferidos por investigadores y empresarios, así como las diferencias de propensión que suelen ocurrir en estos procesos de  transferencia del conocimiento.

 

A uno y otro polo de este binomio se dan diferentes motivaciones a la hora de vincularse: por un lado pesan las diferencias de los tipos de conocimiento adquirido pero también los cálculos que en materia de beneficios se pueden obtener de esta sinergia. Los investigadores, por ejemplo, están más orientados a la búsqueda de beneficios de tipo intelectual y ven la vinculación sólo como una posibilidad para desarrollar futuros estudios. En cambio, los empresarios están más interesados en la contribución que puede la vinculación puede significar en las actividades de producción de corto plazo; entonces, las actividades de innovación, generalmente de largo aliento, no alcanzan a ser percibidas por las empresas como una inversión.

 

Respecto de los canales para promover la vinculación preferidos hay, sin embargo, una serie de coincidencias  entre investigadores y empresas. Ambos se inclinan más por aquellos asociados a  la oferta de servicios de consultoría o capacitación, así como a otros más tradicionales y directo, por ejemplo: conferencias, exposiciones, seminarios, publicaciones o la contratación de egresados.

 

Aunque no necesariamente enfaticen la colaboración para la investigación científica y el desarrollo tecnológico (I+D), ambos polos prefieren formas de interacción informales. En tanto, los investigadores, que prefieren los canales que les reditúan beneficios intelectuales, muestran ciertas reticencias al momento de utilizar canales comerciales (patentes, licencias, spin-off, etc.), pues perciben que los beneficios se reducen.

 

En el ámbito académico, el factor del nivel influye también al momento de tomar la decisión de promover la vinculación; así, los científicos y tecnólogos sin posgrado pero que están insertos en un grupo de investigación, o que pertenecen a un CPI tienden a colaborar más con la industria. Del lado de las empresas, las que buscan con mayor intensidad fuentes externas de conocimiento se hallan, por ende, con mayores posibilidades y disposición a establecer vínculos con la academia y el resto de los centros generadores de nuevos conocimientos y capitales humanos de alto valor.

 

El Foro Franco-Mexicano fue organizado por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), el CONACYT y la Embajada de Francia en México y en él se reunieron representantes de reconocidas instituciones de ambos países con objeto de presentar la relación bilateral en CTI y vinculación.

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