Sao Paulo y Río de Janeiro, anunciaron que echan atrás el alza en los pasajes de autobús tras las protestas que han invadido los últimos días a todo Brasil.

 

El alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, decidió revocar el aumento que había entrado en vigor este mes y que elevó el valor del pasaje desde 3 reales (1.36 dólares) hasta 3.20 reales (1.45 dólares).

 

En tanto, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, anunció una reducción de 20 centavos de real.

 

La subida en 10 centavos de dólar del transporte público provocó la ira de los brasileños, que salieron a la calle en Brasilia el pasado 16 de junio, día de la inauguración de la Copa Confederaciones, para criticar al gobierno por el elevado gasto en la organización de eventos deportivos como la Copa del Mundial de futbol de 2014.

 

Después de que 250,000 personas invadieran las calles de una veintena de ciudades y reclamaran una mejor educación, mejores hospitales, transporte público de calidad y un alto a la corrupción, la presidenta Dilma Rousseff dijo estar dispuesta a escuchar a los manifestantes.