WASHINGTON. Estados Unidos expulsó a la cónsul general de Venezuela en Miami luego de que se difundieran denuncias de que ella organizó posibles ciberataques contra computadoras del gobierno estadunidense cuando estuvo en la embajada venezolana en México.
El Departamento de Estado dijo el domingo que declaró a la diplomática Livia Acosta Noguera persona no grata y que le dio plazo hasta el martes para que se marche del país.
El portavoz Departamento de Estado, Mark Toner, dijo que el gobierno venezolano fue notificado de la decisión el viernes, con lo que le dio a Noguera 72 horas para salir del país, según los procedimientos diplomáticos normales.
Toner no quiso hablar sobre el motivo de la expulsión, pero dijo que se hizo de conformidad con el artículo 23 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. De acuerdo a este artículo, el país que ordena la expulsión no está obligado a explicar su decisión.
La expulsión siguió a una pesquisa del FBI sobre las denuncias contenidas en un documental que transmitió en diciembre la cadena en español Univisión.
La amenaza iraní
Según el documental titulado “La amenaza iraní”, Acosta había organizado un posible ataque cibernético contra el gobierno estadunidense cuando estuvo asignada en la embajada de Venezuela en México.
“Cuando ocurrieron los hechos hace cuatro años, la cónsul Livia Acosta Noguera, se desempeñaba como agregada cultural de la embajada de Venezuela en México”, dicen Casto Ocando y Jorge Mota, reporteros de Univisión.
“Ex profesores y egresados de la Universidad Autónoma de México que se hicieron pasar por hackers o piratas cibernéticos, lograron grabar varias conversaciones en las que la diplomática pide información del supuesto sabotaje a Estados Unidos para transmitirla al presidente venezolano Hugo Chávez”, agregan.
De acuerdo con las grabaciones obtenidas por Univisión Investiga, Acosta también pidió a los hackers difundir información falsa contra disidentes del gobierno chavista.
“Los ataques serían dirigidos a los sistemas informáticos de la Casa Blanca, centrales nucleares y agencias federales como la CIA, el FBI, el Pentágono y la súper secreta Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Varias de las reuniones se produjeron dentro de la sede diplomática venezolana en la capital mexicana, según los supuestos piratas”, revelaron en diciembre los reporteros.
De acuerdo con Univisión, los estudiantes relataron que la historia se inició en 2006 cuando jóvenes expertos en informática fueron reclutados por el profesor de la UNAM, Francisco Guerrero Lutteroth, para integrar un equipo de ciberataque contra servidores en Estados Unidos desde territorio mexicano.
“Uno de los reclutados fue el entonces estudiante Juan Carlos Muñoz Ledo quien decidió grabar secretamente los encuentros al enterarse de que el propósito de la operación era atacar objetivos en territorio norteamericano. También le preocupó, agregó, que además del sabotaje cibernético se estaba analizando la posibilidad de ataques físicos”, asegura Univisión.
“Los objetivos del plan que se discutieron fueron atacar en primera instancia de manera cibernética a los Estados Unidos y posteriormente hacerlo de manera física. Eso era lo que querían propiamente tanto las embajadas de Irán con la de Venezuela, con el auspicio obviamente de Cuba”, aseveró Muñoz Ledo.
Muñoz Ledo incorporó a otros estudiantes para que le ayudaran a documentar la presunta conspiración que se planeó del 2006 hasta el 2010.
Las operaciones recibieron la “bendición” de Roy Chaderton, embajador venezolano en México entre 2007 y 2008 de acuerdo con los testimonios de los propios hackers.
El grupo utilizó diminutos micrófonos de audio y cámaras de video escondidas para grabar decenas de horas de conversaciones, corriendo el riesgo de ser apresados.
En el proceso de planificación de los ataques participaron activamente las embajadas de Venezuela, Irán y Cuba, explicó Muñoz Ledo.
A fines del 2006 Venezuela no tenía relaciones diplomáticas ni embajador en México, tras un impasse entre los presidentes Vicente Fox y Hugo Chávez, pero el profesor Guerrero Lutteroth incorporó a la conspiración a la entonces agregada cultural venezolana, Livia Acosta, recuerda Univisión.
“De acuerdo con las grabaciones, parte de la información que Acosta quería entregar a Chávez era ultrasensible: las claves de acceso a los sistemas informáticos de seguridad de las centrales nucleares, y de los arsenales de armas atómicas de Estados Unidos.
Pero las centrales nucleares no eran el único objetivo de la pretendida conspiración, reveló Univisión. El plan contemplaba sembrar el caos en los servidores de agencias federales como la National Security Agency, el FBI, la CIA, y la Casa Blanca.
Agrega que entre las propuestas de Guerrero Lutteroth y presuntamente aprobadas por cónsul estaban la falsificación de documentos para desacreditar a disidentes y opositores venezolanos.
La cónsul solicitó específicamente a los hackers encontrar información sobre militares venezolanos que estaban ingresando a México, para establecer si formaban parte de una conspiración contra el gobierno chavista, con supuestas conexiones en Miami.
La curiosidad de la cónsul no estaba limitada a supuestos conspiradores antichavistas, dice Univision. También quería espiar al Partido de Acción Nacional (PAN), la organización del ex presidente mexicano Vicente Fox.
Tras la transmisión del documental, el Departamento de Estado dijo que las denuncias fueron “muy preocupantes” y portavoces dijeron que el FBI había abierto una investigación sobre el asunto.
Tras la expulsión de la cónsul de EU no hubo reacción inmediata de parte del gobierno venezolano. EFE Y AP