El 30 de abril pasado, en plena celebración del Día del Niño, el cardenal Norberto Rivera sorprendió a feligreses y periodistas que escuchaban su homilía dominical al comenzar a hablar de la redes de prostitución y pederastia que operan en México y cuyos integrantes “son encubiertos y apoyados por políticos de alto perfil público”.

 

Cuando los reporteros, al final de su homilía, le pidieron precisar a quiénes se refería con sus señalamientos, el purpurado no dudó en mencionar nombres: “Es bien sabido que personas como Succar Kuri, Miguel Ángel Yunes Linares y Mario Marín llevan décadas involucrados en delitos de explotación sexual de menores. Si bien es de mi conocimiento que algunos ya fueron remitidos a prisión, la sociedad y la justicia de Dios no se explican el por qué algunos siguen libres”.

 

El cardenal revivía así añejas acusaciones contra esos dos políticos y disparaba, en plenas campañas electorales, contra dos operadores que están activos en las elecciones que habrá el domingo en Veracruz, en el caso de Yunes, y en Puebla, en el caso del ex gobernador Mario Marín.

 

La noticia fue retomada por algunos medios y, particularmente diarios y portales de Veracruz, en medio de la guerra electoral, aprovecharon para revivir las historias, testimonios y averiguaciones que han ligado a esos personajes a actividades de pederastia y prostitución infantil. El periodista Ramón Alberto Garza, director del periódico Reporte Índigo, aprovechó una entrevista en radio para defenderse de señalamientos que le hizo Yunes sobre una supuesta “venta” de la línea editorial de su diario y le respondió que Yunes no se puede poner a hablar de honorabilidad con él, pues hasta ahora “no hemos sido acusados de haber incurrido en pederastia”.

 

“Cualquier persona puede poner en Google las palabras “Yunes Linares” y “pederastia” y saldrán cientos de noticias relacionadas a este personaje, la última del Día del Niño dada por el cardenal Norberto Rivera”, comentó el periodista.

 

Los señalamientos y acusaciones contra Miguel Ángel Yunes por pederastia han sido reiterados lo mismo en Averiguaciones Previas, como uno de la Procuraduría de Justicia de Cancún, que en libros como Los demonios del edén, de la periodista Lydia Cacho, y han sido también negados en reiteradas ocasiones por el político veracruzano.

 

En los documentos oficiales y en el libro de Cacho se retoma el testimonio de una niña de nombre Emma Lagunas Lezama, de 16 años, que en sus declaraciones contenidas en la AP Can/7431/2003 narra haber tenido varios encuentros de tipo sexual con Yunes Linares en la casa del pederasta condenado Succar Kuri.

 

Sin embargo, a pesar de que su nombre aparecía involucrado directamente, Yunes nunca enfrentó un proceso legal por esas acusaciones y hasta la fecha, aunque públicamente se le sigue relacionando con ese delito, no se sabe de averiguaciones formales en su contra. Por eso llama la atención el comentario con el que el cardenal Norberto Rivera revivió esas acusaciones, justo en momentos en que el nombre de Miguel Ángel Yunes aparece vinculado a otros escándalos y a que se habla en los corrillos políticos de que podría haber indagatorias de la PGR en su contra.

 

Aunque el prelado católico habló en ocasión de aquella fecha, sería ingenuo pensar que sus declaraciones no fueron medidas, sobre todo viniendo de una institución, como la que él representa, que también se ha visto involucrada en escándalos por abusos de menores y a él mismo lo han señalado de proteger a sacerdotes, como Nicolás Aguilar, que atacaron a niños en iglesias. Así que habría que buscar si los dichos del cardenal tenían más trasfondo que el contexto en el que los dijo o el sentido electoral y si algo más sabe el prelado que no está para nada alejado de las esferas políticas.

 

NOTAS INDISCRETAS…Graco Ramírez afirma que las cifras de aumentos de secuestros en Morelos “están equivocadas” y que en realidad lo que se ha incrementado en el estado es la extorsión telefónica. El gobernador descalifica así a organizaciones civiles como el Observatorio Ciudadano que acusan un incremento de ese delito grave en su estado, mientras los morelenses se quejan de que se agrava la inseguridad. Por lo pronto, ayer un caso que se reportó como el secuestro de 10 niños terminó siendo una extorsión telefónica ¿tendrá razón Graco o las ONG´s?.. Giran los dados. Serpiente.