Existe un gran debate en curso en Egipto de si el movimiento para derrocar al presidente Mohammed Mursi es equivalente a un golpe militar, ya que si bien el ejército ha quitado del poder a un presidente electo democráticamente tras los disturbios en todo el país, a diferencia de otros golpes de Estado en esta ocasión el poder militar no se impondrá, publica la consultora Stratfor en un análisis titulado “Egipto, un golpe militar atípico”.

 

Existe un considerable apoyo público para la destitución de Mursi en el poder, a sólo un año de haber sido electo, por lo que la autoridad provisional lo reemplazará por una base amplia que incluya a representantes de los principales actores políticos del país.

 

El gobierno interino probablemente será muy diferente de la que dirigido por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobernó tras el golpe al ex presidente Hosni Mubarak, quien fue obligado a renunciar a su cargo en 2011 y dirigió el país hasta que Mursi ocupó el cargo de presidente en junio de 2012.

 

Allí radica el debate sobre el ejército egipcio, el cual ha sido pilar del régimen desde la fundación de la república moderna en 1952. Y el cual después de del final de la guerra de 1967, no ha gobernado directamente al país aunque si “tras bambalinas”, con excepción del año que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tomó las riendas.

 

 

Lee el análisis completo aquí