El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó hoy que la solidaridad que ha recibido de los gobiernos y movimientos sociales por la situación que vivió en Europa demuestra que “América Latina es anticapitalista y antiimperialista”.

 

En un multitudinario acto de desagravio en la central región boliviana de Cochabamba, el mandatario agradeció la concentración convocada de urgencia por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y acusó que el cierre de los espacios aéreos de España, Italia, Francia y Portugal a su avión presidencial fue ordenado desde Washington y representa un ataque no sólo contra él y Bolivia, sino contra toda la región latinoamericana.

 

Ante sus homólogos de Venezuela y Ecuador, Nicolás Maduro y Rafael Correa (a quienes se sumó al final Cristina Fernández de Argentina), Morales lamentó lo ocurrido durante su viaje de Rusia a Bolivia y reiteró sus acusaciones contra Estados Unidos.

 

En un acto transmitido por la cadena Telesur, el mandatario boliviano advirtió que su país no se someterá a los dictados del “imperialismo” estadunidense y esbozó incluso la posibilidad de cerrar la embajada de Washington en La Paz “si fuera necesario”.

 

Asimismo resaltó la reacción de los distintos movimientos sociales movilizados de emergencia, pues “demuestran que acá luchamos por nuestra liberación, nuestra dignidad y nuestra soberanía”.

 

Morales relató la tensión que vivió durante más de 13 horas en Viena, Austria, donde aterrizó de emergencia el martes pasado por la sospecha de que traslabada al ex agente estadunidense Edward Snowden, refugiado en Rusia y solicitado por la justicia de Estados Unidos.

 

Explicó que mientras permaneció retenido en el aeropuerto de esa ciudad, el embajador español en Austria le explicó que por instrucción de su vicecanciller debía pedirle que dejara revisar su avión para constatar si estaba o no Snowden.

 

Morales dijo que encaró al diplomático hispano y le dijo que “sólo a los delincuentes hay que revisar, yo no soy ningún delincuente, nadie nos va a revisar”, aunque dejó abierta la puerta a la posibilidad de que se hiciera un control “por la fuerza”.

 

“Yo no podía entender esa mentalidad colonialista”, declaró el presidente boliviano, al tiempo que dijo que frente a su negativa a aceptar una revisión, el embajador español se fue a consultar “a su canciller o vicecanciller”.

 

Recordó que al rato regresó el diplomático hispano, diciéndole que “el vicecanciller quiere hablar con usted”, a lo que Morales respondió “yo no tengo nada que conversar con su vicecanciller, que me llame su presidente” Mariano Rajoy.

 

“Tenemos dignidad, tenemos soberanía, somos orgullosos de nuestra Patria Grande”, enfatizó el presidente boliviano, en medio de los aplausos de miles de partidarios que se concentraron en el Coliseo de la Coronilla de Cochabamba.

 

Morales sostuvo que, tras esa experiencia y luego del apoyo que ha recibido de parte de los gobiernos y pueblos de la región, “he llegado a la conclusión de que es tan importante la unidad, la unidad de los movimientos sociales”.

 

“Mientras estemos unidos y organizados, y cuando fuera necesario, movilizados, con esa unidad vamos a salir derrotando esta clase de conspiraciones internas y externas, conspiraciones que vienen del imperialismo norteamericano”, sentenció.