Robar en México se ha convertido en una actividad de bajo riesgo para los criminales, pues apenas 6 de cada 100 asaltos terminan con los responsables sentenciados y encarcelados.
Los datos oficiales del INEGI, presentados por el Consejo Ciudadano, confirman un desplome sostenido en la tasa de castigo de este delito, la cual de por sí, nunca ha sido positiva.
El menor nivel de impunidad en los últimos 15 años se registró en el 2005 cuando la relación entre los 509 mil robos denunciados y los 55 mil 194 asaltantes sentenciados, representó una efectividad de casi 11 por ciento.
Pero desde ese año todo ha ido de mal en peor. En el 2006 la efectividad fue del 10.18 por ciento, en el 2007 bajo al 9.63 por ciento, en el 2008 el dato fue de 9.15 por ciento, en 2009 la tasa se desplomó al 7.87 por ciento, en 2010 fue de 7.16 por ciento, y en los últimos dos años se mantuvo en 6.33 por ciento.
Se trata de una cifra preocupante ya que los robos, delito de alto impacto considerado como uno de los que mayor desconfianza y percepción de inseguridad genera en los ciudadanos, han ido a la alza.
En el 2006, el número de robos reportados por el INEGI a partir de los datos que proporcionaron las procuradurías de los estados fue de 538 mil 589 casos, y para el 2012 el balance fue de 709 mil 259, un incremento del 31.6 por ciento.
Datos publicados por 24 HORAS, a partir de un análisis del Observatorio Nacional Ciudadano señalan que cada hora en el país son asaltadas 25 personas.
La dimensión de este delito sería mucho mayor si no existiera la llamada "cifra negra", es decir, los casos que no se denuncian y que se ha llegado a estimar por encima del 80 por ciento según el propio INEGI.
Naucalpan, Tijuana, Mexicali, Torreón, Ecatepec, Puebla, y Nezahualcóyotl son los municipios del país que registran la mayor tasa de incidencia delictiva de robos de distinto tipo.
Al respecto, el Consejo Ciudadano y la Coparmex indicaron, en un comunicado conjunto, que el gobierno de Enrique Peña Nieto debe definir como un tema prioritario de su estrategia de seguridad el abatir los índices de impunidad, y tratar de regresarlos al menos a lo que se registraba a mediados de la década pasada.