El Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) y la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) anunciaron la campaña Checa y Elige, un sistema de etiquetas que proporciona información sobre el contenido calórico de bebidas.
De acuerdo con la ANPRAC, las etiquetas del refresco indican “transparentemente sobre su contenido calórico y de azúcares por envase en sus etiquetas”, y ha demostrado su eficacia en Estados Unidos y otras naciones de Europa.
A través de un comunicado, las asociaciones afirmaron que esta medida puede aplicarse a cualquier producto bebible, incluidos los refrescos, y es compatible con la regulación vigente en el país.
La Alianza por la Salud Alimentaria -que agrupa a diversas organizaciones civiles-, denunció en diversas ocasiones que el etiquetado que propone la industria no es entendible para un ciudadano, quien debe dividir las porciones y multiplicarlas por el número que señalan los envases.
Las organizaciones y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) han insistido en que la industria no puede mantener la autorregulación en etiquetado, tal como lo han hecho hasta ahora.
Hace tres semanas, Mauricio Hernández, director del INSP, insistió que el gobierno federal debe ajustar el Acuerdo Nacional Salud Alimentaria (ANSA) para vincular todas las acciones y volverlas obligatorias para todos los actores, incluyendo a la industria.
En esa ocasión, el ex subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, señaló que la evidencia matemática de investigaciones realizadas por el instituto demostraban la importancia de aplicar el impuesto de 20% a los refrescos para reducir su consumo, y así disminuir las tasas de sobrepeso, obesidad y diabetes.