Los cantos y oraciones se difunden en inglés, portugués y español con diferentes acentos. Son de millares de jóvenes que llegaron a las atiborradas playas de Copacabana para ver al papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y a quien consideran cercano a su realidad.

 

Sobre la famosa acera de adoquines blancos y negros de la playa en Rio de Janeiro o en la estación de metro de Cantagalo, al pie de una favela del mismo nombre, los participantes de la Jornada Mundial de la Juventud se agrupan para recibir al papa argentino.

 

La jornada en Brasil, conocida por los participantes con las siglas JMJ, fue programada por el actual papa emérito Benedicto XVI, antecesor de Francisco y quien renunció al cargo en febrero.

 

El lema de la jornada es “Id y haced discípulos a las Naciones” o sea evangelizar y proclamar la fe cristiana en el mundo.

 

Esta es la segunda jornada de la juventud realizada en América Latina. La primera fue realizada en 1987 en Argentina, coincidentemente el país natal del pontífice. El viaje a Brasil es la primera gira internacional del papa Francisco.

 

Se espera asistan más de 1,5 millones de participantes, se realiza en un ambiente que ha estado marcado por la oleada de protestas callejeras de junio, manifestaciones sin precedentes en los últimas décadas de la historia de este país de 194 millones de habitantes.

 

Las autoridades tomaron precauciones adicionales y al menos 20 mil uniformados —10 mil de ellos del ejército y el resto de la policía– se encargarán de la seguridad de la jornada, según el general del ejército José Alberto da Costa Abreu, jefe del centro coordinación de Defensa para la Jornada.

 

Francisco agradece y pide oración por su viaje

 

El papa Francisco agradeció el domingo a los peregrinos que se congregaron en la Plaza de San Pedro por sus buenos deseos para su próxima visita a Brasil con motivo del Día Mundial de la Juventud y les pidió unión espiritual.

 

El papa se apartó del texto que tenía preparado para su tradicional oración dominical del Angelus a fin de referirse a una gran pancarta que le deseaba “Buen Viaje”.

 

“Les pido que se unan conmigo espiritualmente a través de la oración en el viaje que iniciaré mañana”, dijo Francisco a la multitud congregada en la plaza.