“Porfirio Muñoz Ledo cumple hoy 80 años, ¡pero 84 de político!”, soltaba Arturo Núñez ante la multitud presente, arrancando las carcajadas de Enrique González Pedrero, José Agustín Ortiz Pinchetti y del propio agasajado.
¿Algún sofoco les provocó alguna vez este hombre que ha sido ave de tempestades?-, les preguntamos.
“Cuando conoces a Porfirio ya no hay sofoco que valga”, apuntó el ex gobernador tabasqueño, bajo las miradas divertidas de Mauro Jiménez Lazcano y Genaro Vázquez Colmenares. No sin antes agregar: “Porfirio ganó todos los concursos de oratoria… ¡hasta los de mi tierra!”
Núñez, actual gobernador de Tabasco, apuntaba a su vez esas cosas extrañas que suceden: “La vida nos puso (a Porfirio y a mí) como adversarios durante 10 años (de 1989 al 2000) hasta que un día nos encontramos en la misma trinchera. Pero lo que sí puedo decir es que nunca tuve mejor adversario”.
Eran las tres de la tarde. Las mesas, dispuestas entre limoneros y naranjos en el patio de la casa de Ifigenia Martínez -espléndida anfitriona y gran amiga de Porfirio- congregaban ya a más de un centenar de invitados, y seguían llegando comensales (hubo que agregar más mesas de último momento).
Por ahí asomaban los rostros de María de los Ángeles Moreno, del hidalguense Jorge Torres Castillo, del embajador Eugenio Anguiano, de Fausto Zapata, Arturo González Cossío, Ricardo Valero, Soledad Loaeza, Héctor Vasconcelos, Jorge Eduardo Navarrete, Layda Sansores, Francisco Valdés, Raymundo Cárdenas, Eduardo Huchim, Alberto Aziz, Delfín Sánchez Juárez, Mara Robles, Evangelina Cortés, Gregorio Vidal, Octavio Cortés, Salvador Martínez de la Roca, Amalia García, Armando Ríos Piter y muchos, muchos más de muy distintas generaciones.
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DICEN QUE ME VOY A RETIRAR.- ¿Qué le pedirías hoy a la vida?, le pregunté a Muñoz Ledo en esa casa emblemática en la que tuvieron lugar las primeras conversaciones de la Corriente Democrática (que llevaría a la salida de Porfirio y de Cuauhtémoc Cárdenas del PRI).
Porfirio acomodó el elegante traje azul marino que portaba y antes de que pudiera contestar, el senador Mario Delgado salió al quite: “¡Pídele la reforma política!”. Pero no, el ex secretario de Educación, ex secretario del Trabajo, representante de México ante Naciones Unidas, ex presidente del PRI y del PRD, diputado, senador y quién sabe cuántos cargos más, contestó:
“A la vida hoy hay que pedirle que siga…, mientras tienes tarea.”
¿Y la tienes? Su respuesta vendría ante el micrófono, frente a todos sus invitados por sus 80 años de edad: “El sueño de mi generación no se ha completado… Dicen que pienso retirarme, eso se puede hacer de los cargos públicos; pero en lo que no se puede flaquear es en la congruencia, no se puede flaquear en la esperanza ni el amor a México”.
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¡QUE ENTREN LOS MARIACHIS!- Entre la ensalada verde con frutas, el arroz y los chiles en nogada (además de una cava multicolor y generosa), algunos debatían cuál había sido el momento estelar de Muñoz Ledo en la política.
Unos proponían el 97, cuando formó el bloque opositor en la Cámara de Diputados -mientras Ernesto Zedillo intentaba negociar con el PAN- y la oposición, guiada por Porfirio, instaló por vez primera la Cámara de Diputados ante el azoro de los priistas.
Otros proponían la interpelación a Miguel de la Madrid (primera ocasión en que se interrumpió a un presidente de la República en su informe de gobierno), y los más recordaban -como primer presidente de la Cámara de Diputados de oposición- la invocación en su respuesta al informe presidencial de Zedillo en 1997: “Cada uno de nosotros vale tanto como vos y todos juntos valemos más que vos”.
En esas estábamos cuando se escuchó un grito: ¡Que entren los mariachis!
Se arrancaron con Las Mañanitas, luego con Caminos de Guanajuato y de ahí p’al real. ¡Felicidades!
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GEMAS: Obsequio de María de Los Ángeles Moreno para Muñoz Ledo: “Has cumplido con la vida”.