Fausto Vallejo no puede recuperarse en paz.

 

La convalecencia del gobernador constitucional de Michoacán, delicada por naturaleza, la pasa con presiones.

 

Lo buscan por igual funcionarios federales, estatales y municipales del estado para informarle emergencias regionales, pedirle apoyo y/o recibir instrucciones.

 

Atiende a cuantos puede.

 

Unos lo visitan y los más le llaman por teléfono.

 

Todo en demérito de su salud y del poder de su interino Jesús Reyna, cuya posición invocó ayer el presidente Enrique Peña para fortalecerlo y ayudar a recuperar la seguridad en la entidad.

 

Pero no hay avances.

 

Aunque lo niega en público, el propio Reyna ha expresado en privado sus dudas sobre la situación.

 

Hay, confiesa, un vacío de gobierno derivado de la falta de control de sus subordinados.

 

Actitud lógica, pues la obsecuencia está con quien los nombró, Fausto Vallejo, y no con quien lo suple temporalmente, Jesús Reyna, y carece de margen político-administrativo para removerlos o siquiera para dictarles órdenes.

 

Algunos miembros del gabinete ni siquiera consultan a Reyna.

 

-Ni Reyna ni gobierna-, lo descalifican.

 

LOS HIJOS DE FAUSTO SIGUEN EN CASA DE GOBIERNO

 

La situación michoacana recuerda una historia:

 

Por concertacesión de Carlos Salinas al PRD, el gobernador Eduardo Villaseñor fue llamado el 6 de octubre de 1992 -a 21 días de su juramento- a Gobernación por el subsecretario Arturo Núñez.

 

-Presenta tu solicitud de licencia-, le ordenó.

 

Villaseñor se resistió inútilmente: Núñez le extendió varios escritos posfechados -uno por año- y Gobernación se encargó de enviarlos anualmente al Congreso del estado.

 

Así se renovaba la licencia.

 

A principios de 1994 Villaseñor andaba feliz:

 

-Hablé con mi amigo Luis Donaldo Colosio y él me prometió que me reintegraría al gobierno en cuanto tome posesión. ¡Voy a regresar!

 

No hubo posibilidad de corroborar el compromiso: Colosio fue asesinado el 23 de marzo.

 

¿A qué esta historia?

 

Simple: a Fausto Vallejo quieren aplicarle la misma receta, la licencia definitiva o permisos posdatados para convertir a Jesús Reyna de gobernador interino en gobernador sustituto hasta 2015.

 

Entre quienes presionan está el propio Reyna, quien recorre oficinas federales con informes, quejas y peticiones de apoyo.

 

Dos son constantes:

 

-No me hacen caso los miembros del gabinete porque soy interino…

 

-¡Los hijos de Fausto siguen en la Casa de Gobierno y arman cada desmadre…!

 

GODOY HUIRÍA A LA SIERRA, “A VER SI ME HALLAN”

 

En Michoacán hay un beneficiario de la debilitada salud de Fausto Vallejo: Leonel Godoy.

 

Al menos temporalmente la ausencia de Vallejo ha detenido las investigaciones en contra de supuestos malos manejos de la administración estatal anterior, la del perredista Godoy.

 

Hoy nadie habla de la deuda del gobierno de Michoacán, ubicada originalmente en 43 mil millones de pesos, acaso la mayor per cápita entre todas las entidades de la república.

 

Al darla a conocer el 9 de agosto de 2012, dijo Vallejo:

“Estamos en una situación tan profunda que si no recibimos el apoyo de la federación y no hay una reestructuración de la deuda, esto será un shock social”.

 

Trazó dos vías: búsqueda de recursos y persecución de ex funcionarios.

 

Jesús Reyna ha recibido garantías de mayores apoyos federales para atender ese shock.

 

Eso le beneficia, mientras la federación tiene un dato de inteligencia:

 

Godoy comentó a su entorno su intención de irse a la sierra -“a ver cuándo me encuentran”- si se libra alguna orden de aprehensión en su contra.

 

Experiencia familiar tiene: su medio hermano Julio César Godoy Toscano se fugó cuando fue desaforado como diputado federal del PRD por sus supuestas ligas con el crimen organizado.

 

Lo suponen en territorios de La Familia Michoacana, a donde iría Godoy.

 

Sin embargo, de momento no está en el horizonte el encuentro de los Godoy en territorios prohibidos a las instituciones nacionales.

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