Una economía mexicana desacelerada, pocos empleos generados, altos precios en alimentos y un retraso del gasto de gobierno durante el primer semestre de 2013 se posan como una nube gris sobre el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y de todos los mexicanos.
“La desaceleración que la actividad económica en México ha venido presentando desde la segunda mitad de 2012 parecería haberse acentuado en el segundo trimestre de 2013”, advirtió Banco de México (Banxico).
De acuerdo con la minuta de la Junta de Gobierno de Banxico, el país se ha visto dañado por choques externos, ya que el bajo crecimiento de la actividad económica y el comercio mundial ha conducido a una disminución de la demanda externa.
“La economía mexicana está creciendo a una velocidad menor a la que lo hizo el año pasado, mucho tiene que ver con lo que está ocurriendo con las exportaciones”, reconoció Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Hay una lentitud de las exportaciones mexicana a los mercados de Estados Unidos y Europa, debido a la recesión económica y a la incertidumbre financiera, dijo el funcionario en una entrevista en Radio Fórmula.
Adelantó que el gobierno espera una aceleración de la economía mexicana para el segundo semestre y para el año entrante.
“Nuestro pronóstico sigue siendo hasta ahora en 3.1% y en caso de que las cifras apunten de manera contundente a un cifra distinta, a un pronóstico diferente, lo daremos a conocer en su momento”, señaló.
“Vamos a esperar a conocer el dato definitivo del producto interno bruto (PIB) para el segundo trimestre y no haremos ningún cambio a nuestro pronóstico antes de que se conozca esa cifra”, manifestó.
A LA ESPERA DEL INEGI
El INEGI presentará las cifras del comportamiento de la economía durante el segundo trimestre el 20 de agosto.
Por lo pronto, informa que el PIB avanzó sólo 0.8% interanual en el primer trimestre, la menor tasa desde igual periodo de 2010, cuando el país dejó atrás una profunda recesión.
En 2012, la economía mexicana creció 3.9%.
Según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), de enero a junio de este año sólo se crearon 251 mil 209 empleos.
Esa cifra es la más baja cuando se la compara con similares periodos de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
En el primer semestre de 2000, la economía mexicana logró abrir 460 mil 538 fuentes de trabajo, mientras en igual lapso de 2007 se generaron 294 mil 491 empleos.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señalan que la inflación en el primer semestre se ubicó 4.71%, la más alta cuando se le compara con igual período de las administraciones pasadas.
La inflación de enero a junio de 2000 fue de -3.11, y para igual periodo de 2007 fue de 0.0%.
La economía mexicana muestra signos de debilidad por la caída registrada en el sector servicios e industrial y al retraso del gasto público, manifestó Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays.
El economista dijo que el sector de la construcción se vio afectada por la inversión pública que fue reducida y al parecer no se ven signos de recuperación.
“El retraso de la inversión de gobierno golpeó el dinamismo de la economía mexicana”, agregó Oviedo.
“La volatilidad financiera ha impactado a México, ya que es una economía abierta comercialmente y financieramente”, manifestó Alberto Gómez Alcalá, director ejecutivo de Estudios Económicos de Banamex.
“El segundo semestre será mucho mejor que el primero que estuvo afectado negativamente en las variables productivas”, dijo el economista.
Las ventas al menudeo y el gasto de las familias en el país fueron afectadas por la inflación en productos agrícolas y alimentos, manifestó.
“El presupuesto de las familias en términos reales sí se contrajo”, precisó.
“En lo que corresponde al consumo privado, destaca que en meses recientes tanto las ventas de la ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales), como las ventas al menudeo y mayoreo en establecimientos comerciales, siguieron exhibiendo una trayectoria negativa”, dijo Banxico.
“Si se frustra la recuperación económica de Estados Unidos habrá un elemento de riesgo, y si no se logran las reformas estructurales podemos enfrentar una especie de decepción del inversionista internacional”, advirtió Gómez Alcalá.